En Chile se estima que una de cada nueve mujeres padece esta enfermedad. Si bien se ha mantenido como una de las primeras causas de muerte por cáncer en mujeres, si se detecta a tiempo existe un pronóstico favorable en la mayoría de los casos.
Octubre es el mes de la prevención mundial del cáncer de mama, cuya fecha busca sensibilizar y generar conciencia entre la población femenina, para que puedan acceder a diagnósticos y tratamientos oportunos que logren prevenir esta enfermedad.
De acuerdo con las estadísticas que existen en Chile, este tipo de cáncer es más habitual de lo que se cree: una de cada nueve mujeres padece esta enfermedad y se registran más de 5.400 casos nuevos al año.
Según explicó la doctora Paulina Neira, radióloga y jefa del Centro de la Mama de Clínica MEDS, “el mejor examen para diagnosticar un cáncer de mama precozmente es la mamografía y cuando se hace de forma periódica disminuye la mortalidad. Las guías médicas recomiendan hacerla desde los 40 años. Ahora, el intervalo que se sugiere es hacerla cada un año o, máximo, cada dos años. En general, se ha visto que en el grupo de mujeres más jóvenes que se hacen mamografías entre los 40 y 55 años es mejor hacerlo definitivamente cada un año”.
La especialista agregó que “después de la menopausia, los beneficios son más similares entre hacerlo cada un año y cada dos años, siempre y cuando la mujer esté con un riesgo estándar, normal, sin algún factor de riesgo especial. Si es así, entonces igual se recomienda seguir haciéndola un año después”
En cuanto a los factores críticos que están asociados a esta enfermedad, la jefa del Centro de la Mama de Clínica MEDS aseguró que “el riesgo aumenta más si hay familiares directos, madre o hermana, pero también, por ejemplo, si es la abuela o la tía, por lo que esa mujer debe ser muy aplicada en hacerse sus chequeos. Si la mamá lo tuvo a los 45 años, entonces las guías médicas recomiendan que la hija se haga la mamografía 10 años antes a la edad en la que la madre le dio el cáncer”.
Respecto de los avances tecnológicos, la radióloga de Clínica MEDS aseguró que “actualmente se usa la mamografía digital que irradia menos la mama y mejora la detección de cánceres, sobre todo en las mamas densas. En la última década se creó un nuevo método de mamografía que se llama tomosíntesis o mamografías 3D. En vez de tener una sola imagen de la mama, un volumen completo en que se sobrepone el tejido, con la tomosíntesis tenemos una mamografía que está hecha por cortes de un milímetro que uno puede ir viendo independientemente. Esto nos permite que la sobreposición del tejido mamario no nos moleste para ver los tumores, lo que mejora la tasa de detección de cáncer al aplicarla”.
Otro de los exámenes que la facultativa destacó en el diagnóstico del cáncer de mama es la ecografía mamaria. “Es un examen de ultrasonido que se usa principalmente en dos ocasiones: uno, como complementando a la mamografía y eso lo sugerimos hacer en las mujeres que tienen un patrón mamario denso. Las mamas están compuestas por tres tejidos: glandular, fibroso y adiposo, que es la grasa. Cuando predomina el tejido glandular y fibroso, en la imagen de la mamografía se ven todas más blancas y es más fácil que algún tumor quede oculto, que también se ven blancos. Entonces, con esos patrones mamarios que son aproximadamente el 50% en las mujeres entre 40 y 50 años, recomendamos agregar a la mamografía la ecografía mamaria”. Agregó que “en el otro caso que se usa la ecografía es si vemos un hallazgo anormal en la mamografía, un nódulo por ejemplo”.
Adicionalmente, la especialista de Clínica MEDS destacó que “tenemos en mama unos exámenes que son con contrastes y esos son las resonancias mamarias y las mamografías con contraste. La gracia que tienen estos es que uno es capaz de ver, además de la morfología del nódulo, las calcificaciones, los realces donde se ubica este contraste. Estos exámenes con contraste tienen la posibilidad de que uno vea morfología y funcionalidad, y eso hace que mejore el rendimiento de la detección de cáncer”.