Reconocimiento de los equipos de salud a los papás y mamás, estuvo marcado por testimonios de las familias de algunos de los más de 600 pacientes que cada año ingresan a neonatología del establecimiento.
Miel es una guagüita normal, inquieta y alegre. Nadie adivinaría que nació a las 26 semanas de gestación y pesando apenas 876 gramos, Y que cuatro de sus ocho meses de vida los pasó en Neonatología del Hospital Dr. Gustavo Fricke., que celebró el Día Internacional del Prematuro junto a las familias de algunos de los 600 pacientes que recibe como centro de referencia regional de prematuro extremo.
Como lo informa el Dr. Galo Bajaña, Jefe de Neonatología del establecimiento, “al menos 600 y de este total por lo menos 150 a 180 niños corresponden a niños prematuros extremos menores de 1.500 gramos”. El especialista afirma que en esta celebración a los prematuros, “es importante hacer un reconocimiento a estas familias que tienen que lidiar con este proceso tan largo y difícil que es el nacimiento de un hijo prematuro. Además, conmemoramos y celebramos todo el trabajo y todo el esfuerzo que hay detrás de cada pequeño que nace anticipadamente. En este día recordamos no solamente a estos pequeños bebés, sino a las familias, a todo el esfuerzo que hacen y a todos los miembros del equipo de salud que día a día colaboran y ponen su máximo esfuerzo para sacarlos adelante y que después sean niños que se integran a su familia y a la sociedad como niños sanos”.
El Hospital, como centro de referencia regional y el establecimiento de mayor complejidad de la red del Servicio de Salud Vinal Mar Quillota, entrega a los recién nacidos prematuros prestaciones que van “inclusive desde la etapa antes del nacimiento con el equipo de obstetras de nuestro hospital, dando una visita perinatal previa, explicándole un poco a los papás cuál es el proceso que se viene con el nacimiento de un hijo prematuro y después desde el nacimiento con todo tipo de asistencia, tanto de los médicos, matronas, kinesiólogos, fonoaudiólogos, los distintos sub especialistas que atienden a estos pequeños de acuerdo a lo que van necesitando, insumos, equipamiento. Es una infinidad de recursos que el hospital dispone justamente para sacar adelante a estos pequeños pacientes”, aclara el neonatólogo.
Experiencia de amor
Así le ocurrió a Miel, de acuerdo al testimonio de su mamá, Belén Gallegos. “Nació por parto normal. Ella venía, venía y nació. Nació. Fue un trabajo de parto de 22 minutos y nació inmediatamente. (Estuvo) cuatro meses y 20 días acá. Fue largo, triste. Otros momentos muy alegres. Cuando avanzaba, cuando la extubaron. Cuando logró comer por chupete. Cuando logramos empezar a vestirla. Lo más bonito fue cuando la pasó a cuna. Logró el peso y pasó a cuna. Poder ponerle ropa. Pero creo que lo más difícil fue cuando llegó a casa. Y aprender a conocerla, aprender a convivir con ella. Ya no estábamos con la ayuda del personal de acá, sino que ya éramos solo nosotros con ella. Así que eso fue como lo más complicado”.
Finalmente, Belén señala que “uno siente ese cariño real hacia tu guagua. No de la boca hacia afuera. Cuando yo estuve mal, cuando ella estuvo mal, cuando yo estaba triste, yo quería llorar, estaban siempre las matronas para abrazarme, para darme una palabra de aliento y contarme también historias de otras mamás que a mí eso también me daba la esperanza de decir, mi guagua también lo va a lograr. Así que, no, un apoyo emocional y físico súper bueno de parte del equipo médico, que un 7”, sostuvo.
En el contexto de la celebración del Día del Prematuro el autor Juan Pablo Marcoleta presentó el libro “Del dolor a la paternidad”, texto patrocinado por el Hospital Dr. Gustavo Fricke, donde realizó una analogía de los esfuerzos, las penas y las alegrías de las parejas tanto enfrentando la infertilidad como la prematurez de sus hijos.