Para la mayoría, las vacaciones comienzan su fin y nos alistamos para enfrentar el regreso al trabajo y la vida escolar. Ante esto, para evitar deudas, y -tal como se planificaron las vacaciones- es clave organizar también los gastos de esta etapa. Académico USS entrega consejos.
Útiles y textos escolares, aranceles de educación, seguro obligatorio, permiso de circulación, gastos de las vacaciones y patente del auto: la lista de gastos de este periodo puede parecer eterna. José Patricio Uribe, académico de Ingeniería Comercial de la Universidad San Sebastián, entrega algunos tips para enfrentar este mes tan difícil.
Organiza tus ingresos y egresos
El académico sugiere organizar el dinero que recibes y el que gastas; es decir, ordenar tus ingresos y egresos.
Incluso, el especialista en finanzas de la Universidad San Sebastián aconseja elaborar una tabla en Excel, que incluya tanto una sección con gastos fijos, y gastos variables. Mientras los primeros son aquellos que se mantienen y son imposibles de eliminar (por ejemplo, arriendos, dividendo, alimentación, etc.), los segundos son aquellos que sí se pueden eliminar o reducir.
“La idea es que esta planilla incluya todos los meses del año para así analizar qué gastos es necesario bajar, qué tan viable es destinar parte de nuestro dinero al ahorro y anticipar compromisos comerciales que sabemos deberemos cumplir en determinado momento”, detalla.
Una vez estés acostumbrado a hacer este documento, el académico sugiere analizar este gasto anualmente y ver qué meses gastas más para ordenarte de mejor manera.
Prioriza los gastos
Si tu bolsillo durante marzo está limitado, prioriza. “¿Cuáles son los gastos que no puedes postergar durante este mes? ¿En qué rubros puedes ahorrar?”, sugiere Uribe. “Este tipo de preguntas permitirán jerarquizar las compras y pagos del mes”, destaca el académico.
Analiza la opción de consolidar deudas
Si se complicaron tus finanzas y los compromisos en distintas entidades te agobian mes a mes, consolidar deudas en una sola institución es una buena alternativa. De factores como ingresos, tipo de vínculo laboral o comportamiento como cliente dependerá poder acceder a condiciones más o menos atractivas. Y recuerda que no tiene que ser necesariamente en tu banco, esto porque gracias a la portabilidad financiera puedes migrar a otras instituciones productos como cuenta vista, cuenta corriente, línea de crédito, tarjeta de débito y crédito, además de créditos como hipotecarios, automotrices o de consumo.
Busca ofertas y descuentos
Según el SERNAC, los precios de los uniformes escolares pueden tener diferencias de hasta un 300%, mientras que en los útiles escolares ese margen puede llegar casi al 60%. Cotizar es una práctica que toma tiempo, pero que se traduce en compras más meditadas. “A diferencia de hace algunos años, ahora es posible cotizar 100% online, o bien juntarse con más familiares o apoderados y comprar a mayor volumen en tiendas mayoristas”, aconseja también Uribe.
Evita gastos impulsivos
¿Cuáles son los llamados “gastos hormiga”? Son los gastos que no están planificados y no corresponden a gastos fijos. En esta calculadora de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) puedes determinar cuánto estás gastando en este tipo de consumos.
El ahorro, siempre una buena alternativa
En el papel suena simple y necesario, pero en la práctica a veces cuesta. Si quieres comenzar, el docente de la USS aconseja en primer lugar definir para qué queremos el dinero. Si es para un viaje, comprar un auto o para algún proyecto puntual. Puedes calcular lo que mensualmente se necesita para llegar a esa meta. Si eres cliente de un banco, tu ejecutivo puede programar un ahorro mensual que se descuente automáticamente de tu cuenta.
Si no hay planes concretos y el objetivo es tener un respaldo, los fondos mutuos y depósitos a plazos son los productos idóneos, pues permiten empezar a invertir desde montos bajos. Para quienes proyecten ahorros a largo plazo, por ejemplo, para cuando jubilen, son convenientes los APV.
“Es difícil que a fin de mes nos sobre dinero, por eso es primordial establecer una cantidad o rango mensual que destinaremos a ahorro y cubrirlo en cuanto recibamos nuestro sueldo u otro tipo de ingreso. De esta manera no consideraremos ese monto para otros fines y será menos complicado ahorrar”, acota Uribe.