Los objetos estarán exhibidos de manera permanente, para que los visitantes puedan conocerlos y apreciarlos.
El sábado 23 de marzo de 2024 se realizó en Museo Fonck la Ceremonia de Donación de tres anteojos que pertenecieron al Dr. Francisco Fonck Foveaux (1830 – 1912), donados por María Isabel Errázuriz Fonck, quien expresó que después de tenerlos en su familia por más de un siglo, decidió donarlos al museo.
“Estoy muy emocionada con esta ceremonia y muy agradecida, como persona y como familia. Emocionada, pues como familia nos desprendemos de estos tres pares de anteojos con sus respectivos estuches que estuvieron en poder de la familia por más de 100 años. Agradecida, por la acogida que este museo ha dado a la entrega de estos artículos tan personales que pertenecieron al Dr. Francisco Fonck”, agregó.
En la actividad, estuvieron presentes: Claudio Etcheverry Pizarro, Presidente del Directorio de la Corporación Museo Fonck, la donante, María Isabel Errázuriz Fonck, Maximiano Errázuriz Eguiguren, gestor de esta donación, Jan Karlsruher, Cónsul Honorario de la República Federal de Alemania, integrantes de la familia Fonck, miembros del Directorio de la Corporación Museo Fonck, Ivonne Pastene, Secretaria Ejecutiva de Museo Fonck y personal / colaboradores de Museo Fonck.
Cabe señalar que al momento de la creación del museo (1937), los socios fundadores, le dieron su nombre en honor al Dr. Fonck, quien fue un importante médico y filántropo alemán radicado en Chile, como reconocimiento a sus trabajos e investigaciones en el campo de la arqueología.
Uno de los impulsores de esta donación fue Maximiano Errázuriz Eguiguren, hermano de María Isabel Errázuriz, quien siempre consideró que estos artículos personales debían estar en Museo Fonck, con el objetivo de que puedan ser apreciados por el público en general.
“Consideramos que esta alegría que a nosotros nos ha dado el poder gozar con estos anteojos en el hogar, pueda ser compartida también con otras personas, porque el Dr. Fonck fue una eminencia”, señaló.
Además, indicó que “la trascendencia del Dr. Fonck es tan grande que a medida que va pasando el tiempo, por un lado, se va acrecentando y por otro, muchos jóvenes hoy día no saben quién es, de modo que María Isabel y la familia, estimamos oportuno que estos anteojos que estaban tan bien conservados, incluso con los estuches, pudieran ser entregados al Museo Fonck, para que gozaran de su visión todas las personas que concurran al museo”.
Con respecto a la importancia de la donación de artículos históricos a los museos, dijo que, “creo que en la vida hay que ser generoso y hay que entender que estas figuras nacionales, que trascienden a la familia, deben ser también conocidas nacionalmente y la mejor manera de facilitar los conocimientos de estos personajes, es que las familias que tengan objetos que les pertenecieron puedan entregarlos a un museo, a fin de que todos los conozcan”. Además, señaló que en el caso del Museo Fonck, “gracias al esfuerzo de un grupo de personas que ha logrado mantenerlo en un lugar muy central en Viña del Mar, son miles de chilenos que han podido disfrutar de ese museo. No siempre ocurre lo mismo, hay personajes que no tienen un museo o lugar en donde poder entregar sus cosas, pero en aquellos casos en que si se puede, yo haría un llamado para que entreguen estos objetos”, comentó Maximiano Errázuriz.
Frente a esta importante donación, Claudio Etcheverry Pizarro, Presidente del Directorio de la Corporación Museo Fonck, agradeció a la familia del Dr. Fonck por su compromiso con el museo y destacó la importancia que tendrán estos objetos personales en la exhibición permanente de la institución.
“Nos sentimos muy orgullosos del legado que dejó el Dr. Fonck. Estábamos en deuda con su memoria, pues (hasta ahora) teníamos únicamente una fotografía de él para el visitante”, agregó.
Gracias a esta donación, el museo podrá presentar al público los anteojos que permitieron que el Dr. Fonck pudiera ver el mundo a través de sus cristales y que probablemente lo acompañaron en sus diferentes quehaceres profesionales. Hoy son piezas que forman parte de nuestro patrimonio cultural.
“No es cualquier donación, son sus anteojos los que les permitieron ver el mundo. Él veía su trabajo científico, escribía y realizaba trabajos botánicos a través de ellos, por lo tanto, los anteojos tienen un valor enorme”, destacó Claudio Etcheverry.
De este modo, quienes quieran conocer estas piezas históricas podrán hacerlo de lunes a domingo, a través de una vitrina dispuesta en el primer piso del museo, ubicado en 4 Norte 784, esquina 1 Oriente, Viña del Mar.