Equipamiento de última generación permite el control del dolor de manera automática, favoreciendo una mejor experiencia para pacientes en parto, con dolor post quirúrgico o con manejo complejo del dolor.
Danitza Harboe de Santa Julia, en Viña del Mar estaba esperando su primer hijo, cuando comenzó su trabajo de parto. Pero al pasar de las horas, en Parto Integral del Hospital Dr. Gustavo Fricke, los dolores se fueron intensificando y se convirtió en la primera usuaria en utilizar la analgesia controlada por el paciente (PCA). Este sistema consiste en administrar medicamentos para el dolor utilizando una bomba de infusión, que permite al paciente recibir los fármacos en forma segura, constante, controlada y cuando más los necesite.
El Dr. Rodrigo Salazar, referente en anestesia obstétrica del Hospital Dr. Gustavo Fricke, explica que el equipo de salud ha trabajado un protocolo para entregar una analgesia adecuada a todas las pacientes que atienden su parto en el establecimiento, de acuerdo a sus necesidades, para que la experiencia del nacimiento sea lo más positiva posible. “En ese sentido tratamos de buscar lo mejor que existe en la actualidad para su atención, y eso es la bomba de PCA, que es una bomba de analgesia, es decir que administra la analgesia por sí sola, no necesita una persona que la esté controlando, solo la programación inicial, cada cierto periodo de tiempo, que es más o menos el tiempo que está calculado que dura la anestesia”.
Avanzando a un trabajo de parto sin dolor
El especialista explica que en una atención convencional, el anestesista aplica una dosis inicial de analgesia epidural y debe volver cada vez que la dosis se termine, y volver a aplicarla. “¿Cuál es el problema con eso? – explica el Dr. Salazar – Uno, hay un quiebre de dolor, es decir, la paciente tiene dolor en un momento, tiene que solicitarla y tiene que llegar al anestesista, que habitualmente es el que está de turno, entonces no siempre está de manera inmediata disponible, y todo ese tiempo que pasa obviamente empeora la calidad de la atención y la satisfacción del usuario. En cambio, con este nuevo método de administración, que es el gold estándar, es decir, lo mejor que hay para satisfacer al usuario, cada 40 minutos uno deja programada esta bomba y cada 40 minutos, a una hora, administra una dosis”. Y si siente más dolor, por el avance del trabajo de parto, por ejemplo, la paciente puede apretar un botón y se le administrará una dosis extra.
Así lo cuenta Danitza, mientras abraza al pequeño Santino: “Fue maravillosa. Me quitó los dolores en menos de un segundo. Apenas me pusieron la maquinita, me conectaron, se me fueron al tiro las contracciones que ya eran, del 1 al 10, eran 100, eran horribles. Y lo otro es que era con sistema continuo, no tenía que ir al doctor a cada rato a verlo, al anestesista, o que yo le dijera siento un dolor y tienen que inyectarme de nuevo: tenía hasta un botón de pánico que uno lo tocaba y bajaba otra bomba de anestesia”.
Analgesia sin mitos
Así, la experiencia de la madre no solo se relaciona con la calidad de la atención, sino también con la sensación de tener control sobre su propio parto y con conocer cómo funciona este proceso, eliminando de paso los mitos en torno a la analgesia de parto. “Y junto con eso también la educación y explicarle que la anestesia no es peligrosa, que en todos los trabajos está demostrado que no empeora el resultado y que las pacientes tienen una mejor experiencia intrahospitalaria. Y obviamente, es seguro lo que estamos haciendo. No aumenta la tasa de cesáreas, que esa es una de las grandes preocupaciones, que con la anestesia termina más en cesárea que en parto, no es así. No aumenta tampoco el tiempo que se demora el parto y puede tener ciertos beneficios, es decir, al tener menos dolor también hay un proceso interno fisiológico que también mejora. También mejora el apego, al decir no sufrí con mi parto, mejora el apego con su hijo, el tiempo de calidad que puede hacer con él”, finaliza el anestesiólogo.
Si bien no está contraindicado en ningún paciente en trabajo de parto, se indica principalmente para pacientes que no han tenido hijos, quienes llegan en etapas iniciales de su trabajo de parto o quienes lleven muchas horas en su proceso.
Este sistema también se puede utilizar en pacientes con dolores post quirúrgicos y con aquellos que tienen un manejo complejo del dolor, como en el caso de algunas patologías oncológicas, lo que entrega alivio y mayor control de su terapia al propio paciente.