Liderado por Pilar Muñoz, bióloga marina UV, el cortometraje de animación digital no solo aseguró recursos para su financiamiento: también recibirá cursos de capacitación en tecnología creativa.
“Algaritmo” es el nombre del nuevo proyecto de difusión científica que lidera la bióloga marina Pilar Muñoz, académica de la Facultad de Ciencias del Mar y de Recursos Naturales de la Universidad de Valparaíso. Se trata de su primer cortometraje de animación digital, en el cual la profesora estará a cargo de la dirección artística y científica del proyecto.
Este cortometraje invita a sumergirnos en un fascinante viaje para descubrir el rol vital de las algas marinas. Desde su perspectiva económica hasta su impacto nutricional y su invaluable servicio en el medio ambiente, este trabajo de animación digital se perfila como una experiencia educativa y entretenida para todos los públicos, destacando la riqueza y la belleza de estos ecosistemas marinos.
Tal como lo destacó la académica, el cortometraje se acaba de adjudicar fondos para su financiamiento por parte del Centro para la Revolución Tecnológica en Industrias Creativas (CRTIC), que cuenta con el respaldado de Corfo.
Este valioso apoyo no solo proporciona al proyecto de la bióloga marina recursos financieros, sino que también incluye la participación en las Residencias Tecnocreativas 2024. Estas residencias ofrecen capacitaciones especializadas en áreas claves para el cortometraje, como Inteligencia Artificial, fotogrametría y el programa Unreal Engine.
«De las once propuestas seleccionadas para realizar la residencia, la nuestra es la única liderada desde la ciencia», afirmó la bióloga marina.
Importancia de las algas
Asimismo, Pilar Muñoz relevó la preocupante realidad que enfrentan las algas marinas, fundamentales para el bienestar humano, pero amenazadas por el cambio climático y la sobrepesca.
“Las personas saben muy poco de la importancia del océano y su biodiversidad. Por ejemplo, solo el diez por ciento de las personas dice estar al tanto de estos contenidos. Una ciudadanía no informada es una ciudadanía que no está en capacidades de tomar buenas decisiones”, advirtió.
En ese contexto, Pilar Muñoz resaltó el valor del arte como herramienta de difusión científica: «Aquí surge el arte como una buena alternativa para divulgar la ciencia oceánica, y en particular la importancia de las algas y las formas en que podemos cuidar sus poblaciones».
Apoyándose en evidencia científica, explicó que los cortometrajes animados tienen la capacidad de conectar emocionalmente con la audiencia, facilitando un aprendizaje significativo. En ese sentido, describió el enfoque de su cortometraje animado digital, desarrollado en el programa Unreal Engine, que combina vuelos de dron para capturar entornos reales, conocido como fotogrametría. Asimismo, anticipó el uso de Inteligencia Artificial en el diseño de los personajes para atraer a la audiencia más joven con una estética “más moderna”.
“Al usar una herramienta de divulgación científica, como lo es un cortometraje de animación digital, esperamos que las personas puedan conectar emocionalmente con ‘Algaritmo’, y así se logre una apropiación más significativa de los conocimientos entregados. Queremos que las personas cambien su mirada con respecto a las algas: que dimensionen los beneficios que nos dan como aporte de oxígeno para respirar libremente; secuestro de carbono que contrarresta el cambio climático; nos proveen de un alimento local, nutritivo y delicioso; incluso los bosques de huiros tienen la capacidad de disminuir la energía del oleaje, lo que las convierte en protectoras de nuestras costas. Por último, nuestro ‘call of action’ tiene como objetivo que las personas identifiquen acciones que pueden aportar con la conservación de las algas, como por ejemplo el cuidado de las praderas ante la sobreexplotación o entender que el cambio climático y el eventual aumento de la temperatura del mar va a restringir los hábitats posibles de estos organismos”.
La académica expresó su entusiasmo por los desafíos que la propia capacitación traerá consigo, relevando: «Estamos muy contentos porque esta Residencia Tecnocreativa nos traerá desafíos entretenidos, que incluirán capacitaciones en áreas fundamentales como sonido inmersivo, storytelling, producción virtual, animación 3D y captura de movimientos”.
Como divulgadora científica, complementó que “adquirir estas nuevas competencias tecnocreativas permitirá mejorar mis capacidades para llevar el mensaje de la Cultura Oceánica a una audiencia más amplia. Esta cultura busca comprender cómo el océano nos influye en nuestra vida cotidiana y cómo nuestras acciones impactan en él. Además, se espera que estos nuevos medios cautiven aún más a la audiencia”.