Entre los anuncios presidenciales que son parte de la cuenta pública 2024 y que refieren a la educación en Chile, se incluyen aspectos como mejorar los servicios locales de educación pública SLEP, asegurando recursos necesarios, también resguardar y proteger al docente en los establecimientos, frente a la violencia o acoso laboral, o profundizar en programas de convivencia que permiten un aula segura, con sana convivencia y con respeto.
Según los datos, los resultados del Simce dan cuenta de la mayor alza en 10 años. Los Servicios Locales de Educación Pública (SLEP) mejoraron en todas las asignaturas y niveles, demostrando que una nueva y mejor Educación Pública es posible. Por otra parte, se declara una inversión realizada entre el 2022 y el 2024 de 300.000 millones de pesos en infraestructura.
Como parte de la Cuenta Pública se expresa que los cambios no son solo en aspectos materiales y resultados, sino que abarcan el currículum nacional considerando mayores márgenes de flexibilidad y abriendo las puertas a la inclusión de nuevas tecnologías.
Pero se estima que esta es una mirada un tanto idealizada y generalizada de lo que aún falta por realizar en educación. La deuda en entregar educación de calidad a todas y todos los niños y jóvenes y las formas de financiamiento a las escuelas, sin hablar de la preparación de docentes y de su permanente perfeccionamiento. También se requiere profesionalizar la carrera directiva, basándose en el liderazgo de la comunidad y la ascendencia pedagógica con sus pares, directores y directoras reconocidos/as y respetados por su trayectoria como profesionales de la educación, más que como administradores gerenciales de recursos siempre escasos. La deuda en integrar de manera eficiente y efectiva a las múltiples expresiones de la diversidad humana en los establecimientos escolares y en las comunidades que allí se conforman. La necesidad de aumentar el sentido de seguridad que debe brindar un espacio educativo para todos quienes forman parte de él y erradicar ese sentir de desesperanza que invade a profesores y alumnos.
La falta de recursos en el sistema de educación pública que pasa necesariamente por una profunda revisión a la Ley de Subvenciones que permita contar con los fondos basales que aseguren un adecuado funcionamiento de nuestros establecimientos educacionales. Muchas de las soluciones pasan por el presupuesto y la formas de asignarlo, como, por ejemplo, resolver la forma de financiamiento de las escuelas y liceos, destrabar las políticas y mecanismos de funcionamiento, dar mayor autonomía a equipos directivos que estén realmente preparados para su labor, reducir el número de alumnos por curso, mejorar la relación entre horas de aula y horas lectivas y hacer realidad al menos el 60/40, respetando lo que ello realmente involucra: preparar una buena clase es tan importante como llevarla cabo.
Hay deudas en educación…, muchas deudas y no se avizoran planteamientos concretos y medidas consistentes para resolverlas.