El fentanilo es un analgésico opioide sintético cuya estructura molecular incluye un núcleo de fenilo unido a un anillo de piperidina, la que le confiere una potencia significativa en la inhibición de la transmisión de señales de dolor en el sistema nervioso central.
En hospitales se utiliza como anestésico, de forma similar a la morfina, oxicodona y tramadol. Su potencia y eficacia asegura un menor sufrimiento ante dolores crónicos o procedimientos invasivos. Después de una cirugía, se emplea para proporcionar alivio del dolor, mejorando la experiencia de recuperación del paciente. También se usa para controlar el dolor en pacientes terminales.
Sin embargo, aparte de su importancia en la medicina, el fentanilo, también llamada «droga zombie», ha sido objeto de abuso y mal uso, sobre todo en países como Estados Unidos y Canadá. Esta droga ha sido responsable de numerosos casos de sobredosis y muertes en todo el mundo, ya que por su potencia su uso ilegal puede llevar rápidamente a un desenlace fatal.
Su uso inapropiado provoca una depresión respiratoria grave, sedación extrema, dependencia y adicción. Una sobredosis puede provocar un paro cardíaco y respiratorio e incluso la muerte. Al inhibir el sistema nervioso central, esta droga dificulta la coordinación motriz de las personas, originando el apodo de “droga zombie”.
Ante el hallazgo y uno de los mayores decomisos de esta droga en la Región Metropolitana, es importante destacar que el mal uso del fentanilo representa un grave problema de salud pública, siendo fundamental tomar medidas para prevenir su desvío hacia el mercado ilegal de drogas en Chile. Junto con ello, su uso legal en medicina debe ir acompañado de una estricta regulación y vigilancia para garantizar su seguridad y minimizar su potencial abuso y adicción.