Claudio Alberto Soriano nació en Cuzco, Perú, y ha vivido y trabajado en Ecuador durante 12 años. Estudió en la Escuela Superior Autónoma de Bellas Artes Diego Quispe Titto en Cuzco. Las temáticas de sus pinturas se inspiran en el simbolismo inca de su país natal, el cual transforma y enriquece a través de su experiencia en Ecuador. Desde 1979, Soriano ha realizado más de 20 exposiciones individuales en Perú, Ecuador, Suiza, Chicago y Portland, y ha participado en más de 20 muestras colectivas. Sus obras forman parte de colecciones en Buenos Aires, Lima, Chicago, Portland, así como en las principales ciudades de Ecuador. En 2010, expuso en la Onda Gallery en Portland y, recientemente, fue uno de los artistas destacados en el Latino Cultural Festival en Hillsboro, además de haber realizado una muestra individual en la Angst Gallery en Vancouver.
¿De dónde es usted? Entiendo que nació en Perú pero ha pasado una buena parte de su vida en Ecuador.
― Soy peruano, de la ciudad de Cuzco. Estudié y trabajé en la Escuela de Arte Diego Quispe Tito, que lleva el nombre de un pintor indígena de la época colonial española, conocido por sus obras que fusionan el arte inca con el europeo. Terminé mis estudios en esa escuela, que ahora es una universidad. A causa de los conflictos internos en Perú, hace aproximadamente 40 años, me trasladé a Ecuador. Antes de eso, me dedicaba exclusivamente a la pintura en acuarela, participando y ganando varios concursos nacionales organizados por instituciones privadas, como el Centro Peruano-Norteamericano en Arequipa. Luego, mi esposa (también artista) y yo viajamos a Colombia y, finalmente, nos establecimos en Cuenca, Ecuador, porque nos recordaba mucho a Cuzco. Desde entonces, he residido en Cuenca, aunque hemos regresado a Perú un par de veces.
¿Cómo definiría su estilo visual? ¿Qué técnicas prefieres utilizar en tus obras y por qué?
― Mi técnica principal es la acuarela, que ha sido una parte esencial de mi trabajo artístico. Sin embargo, al llegar a Cuenca, Ecuador, empecé a explorar otras técnicas, como el roble, el acrílico, y actualmente trabajo mayormente con óleo. Al principio, mi estilo se inclinaba hacia un arte precolombino abstracto, con líneas geométricas, pero he ido evolucionando hacia un expresionismo abstracto. Expresionismo porque se enfoca en representar emociones más que formas reales, en el que destaco el uso de una paleta de colores muy andina, inca y precolombina. Esta gama de colores la mantengo constante en todas mis obras.
¿Cuáles han sido tus principales influencias artísticas? ¿Hay algún artista contemporáneo o del pasado que sientas particularmente cercano?
― Al inicio de mi carrera, fui influenciado por varios artistas. En acuarela, me inspiró Luis Palao Berastain, un reconocido acuarelista peruano. Sin embargo, siempre he buscado desarrollar un estilo propio en cuanto al uso del color. En óleo, me han influido artistas peruanos como Fernando de Szyszlo, por su manejo del color y sus propuestas innovadoras, así como artistas europeos como Joan Miró y Marc Chagall, que tienen un enfoque moderno y distinto al arte precolombino.
¿Qué temas o ideas te interesa explorar más a fondo en este momento de tu carrera?
― Como artista, estoy en constante evolución. Actualmente, estoy trabajando en una nueva serie titulada «Ángeles caídos», la cual aún no he mostrado al público ni he traído a esta exposición. Es un proyecto en desarrollo con obras de gran tamaño, tipo murales, que miden hasta 2 metros y medio. Por ejemplo, una de las obras aquí expuestas tiene algo de «ángeles andinos», mientras que otras piezas de la serie presentan ángeles, sobre todo ángeles femeninos, en entornos urbanos. En todas mis series, incluyo elementos de mis trabajos anteriores para mantener una continuidad en mi estilo, de modo que quienes vean mis obras puedan reconocer elementos de mis trabajos previos en las nuevas creaciones. Mi objetivo es que no se pierda la esencia de lo que pienso y planeo expresar a través de mis pinturas.
¿Cómo describirías tu proceso creativo, desde la concepción de una idea hasta la realización de la obra final?
― Mi proceso creativo no sigue un camino rígido. Normalmente, tengo una idea en mente, pero no la desarrollo completamente de antemano, ya que no trabajo con bocetos. Mi trabajo comienza directamente en el lienzo. Cuando tengo el lienzo frente a mí, empiezo a dar forma a la idea, y a medida que avanzo, la obra va cambiando y evolucionando, a veces terminando en algo diferente a lo que había imaginado al principio. Mi proceso es intuitivo; cuando empiezo a aplicar los primeros colores, es cuando realmente comienzo a crear. Es como empezar con un lienzo y una mente en blanco, permitiendo que la obra tome su propio curso.
» También soy un pintor muy diverso. Yo no soy un pintor que pinta todo el tiempo lo mismo de otro color. Cada obra es única y diferente de las demás, incluso si pertenecen a la misma serie. No tengo un patrón rígido, y eso es algo que me caracteriza. Las personas suelen notar que mis obras varían mucho en estilo y temática, lo cual es parte de mi enfoque artístico.
¿Qué distingue a esta exposición de las anteriores?
― Esta exposición es única porque fusiona mis trabajos en acuarela y óleo, algo que no suelo hacer. Normalmente, cuando expongo, lo hago con una técnica específica: o es una exposición de acuarela o de óleo. En esta ocasión, decidí combinar ambas porque la galería Sala Viña es conocida por exhibir acuarelas, y al conversar con mi representante, Arturo, pensamos: «¿Por qué no mostrar ambos estilos?». La galería es amplia, lo que permite mostrar mi evolución como artista; las acuarelas representan mi etapa más figurativa, con paisajes, bosques y cascadas, mientras que los óleos reflejan mi fase más abstracta. Esta combinación puede parecer hecha por dos artistas diferentes, ya que hay una marcada diferencia entre ambos estilos, pero eso es lo que me caracteriza: puedo trabajar en un paisaje por la mañana y en una abstracción por la tarde. Eso es lo que la gente a veces no entiende.
¿Hay algún mensaje o reflexión que buscas transmitir a través de tus obras?
― Siempre trato de transmitir una parte de mi pensamiento y mi forma de entender el mundo que me rodea. Mis obras reflejan los Andes, una realidad que puede ser indígena o, en algunos casos, cómo los indígenas se integran en las ciudades. Por ejemplo, me interesa explorar cómo se siente un indígena al estar en un bar en la ciudad. Es una vivencia que trato de imaginar y representar: ¿qué significa para ellos estar en un espacio como ese? A través de mis pinturas, busco capturar esa experiencia, esa mezcla de mundos, y provocar una reflexión en el espectador sobre estas realidades. Eso es lo que intento retratar en algunas de mis obras.