La senadora Isabel Allende (PS) rompió el silencio que mantenía desde que estalló la polémica por la fallida compraventa de la casa de su padre, el ex Presidente Salvador Allende.
Acompañada de senadores y diputados del Partido Socialista, la legisladora leyó una declaración de la familia, la cual había sido compartida el día anterior por diversos medios de comunicación.
La parlamentaria comunicó que «hemos entregado el mandato necesario para que efectivamente se rescinda del compromiso que se había establecido» y enfatizó que «toda la actuación de la familia fue de buena fe y, si han surgido observaciones, tendrán que ser tomadas en cuenta».
En relación al requerimiento que el Partido Republicano y otras fuerzas de oposición planean presentar ante el Tribunal Constitucional, solicitando su cese en el cargo por presuntamente haber incumplido la Constitución —debido a la prohibición para los legisladores de celebrar contratos con el Estado—, declaró que «están en su pleno derecho. Como está en su pleno derecho, por supuesto, como familia o, en este caso, como senadora, defendernos».
Finalmente, sostuvo que «nunca estas familias se han visto envueltas en negocios, en conflictos de intereses, en lucros, en negociados, ni en nada. Creo que tenemos una dignidad que ha sido reconocida aquí y afuera».
La parlamentaria fue respaldada por senadores del Partido Socialista.