Este jueves 16 de enero a las 18:30 horas se inaugura la exposición «OOPS! de Dick Tracy a Hellboy» del artista nacional Virro, organizado por el Municipio de Cuidados, la Corporación Cultural de Viña del Mar y la Fundación Tarquinia.
La actividad se realizará en la Sala Viña del Mar, ubicada en Arlegui 683, y contará con la presentación musical de la Consort de Guitarras de la Nueva Comunidad Epa, dirigida por Eduardo Manterola
Virro, nacido el 11 de octubre de 1974, es un artista chileno conocido por su enfoque autodidacta y su constante búsqueda de expresión creativa. Tras una infancia marcada por el cambio constante y una breve incursión en la publicidad y el cine, Virro encontró su verdadero llamado en la escultura, guiado por el reconocido maestro Félix Maruenda.
Desde 2002 ha desarrollado una carrera destacada en la escultura, participando en diversas exposiciones tanto en Chile como en el extranjero. Establecido en el sur de Chile desde 2014, su obra refleja una profunda conexión con el arte como medio de autodescubrimiento y exploración constante.
¿De dónde eres?
― Soy de Santiago, aunque he vivido en Pucón durante los últimos 12 años, así que ya me considero puconino. Me he aclimatado al frío y siento que ya no tengo mucho de Santiago en mí. Además, el sur es tan hermoso que no lo cambio por nada.
¿Cómo definiría su estilo visual?
― Mi trabajo se define principalmente por mi profesión como escultor, aunque también incursiono en otras áreas como la fotografía y la pintura. Comencé estudiando cine, trabajé en ese campo por un tiempo, pero luego me dediqué completamente a la escultura. A pesar de mis otras actividades artísticas, me reconozco sobre todo como escultor.
¿Qué te llevó a centrar esta exposición en personajes de historietas?
― La idea de esta exposición surgió de Christian Jander, de la Corporación Cultural de Viña del Mar. Él sugirió que reinterpretara la obra de Lichtenstein en una pintura de gran formato, la cual se expuso en el museo Palacio Vergara. Luego, Christian me propuso el desafío de hacer una exposición de cómics. Para mí, los desafíos son fundamentales en mi trabajo, así que acepté. Esta exposición es una combinación de su idea y mi ejecución.
¿Por qué decidiste enfocarte en personajes más humanos y del género detectivesco para esta exposición?
― Este proyecto ha sido un viaje de un año. Al adentrarme en la investigación, pronto cambié el enfoque de la exposición. Empecé a explorar cómics más allá de los superhéroes de Marvel y DC que conocemos desde niños. Me sumergí en el mundo de las novelas gráficas y descubrí personajes más humanos y complejos, como Torpedo, un mafioso que se aleja de los estereotipos de los cómics americanos. Lo que me atrajo de estos personajes es su humanidad. No tienen poderes sobrenaturales, lo que los hace más cercanos y reales. Este contraste con los superhéroes tradicionales me permitió presentar dos visiones del cómic: una centrada en los icónicos personajes de Marvel y DC, y otra en historias más internacionales y detectivescas. La exposición se convirtió en una obra viva que evolucionaba constantemente a medida que investigaba y profundizaba en estos personajes.
¿Cómo abordas la dualidad entre lo humano y lo fantástico en los personajes que seleccionaste?
— Al construir esta colección, me fascinó descubrir las vidas de los autores detrás de los personajes. Por ejemplo, William Moulton Marston, creador de la Mujer Maravilla, también fue el inventor del polígrafo y tenía una visión feminista y relaciones poliamorosa. Estas experiencias personales influyen directamente en sus creaciones, dotándolas de una profundidad única. La investigación fue un proceso muy orgánico. A medida que exploraba las historias y filosofías de los autores, la exposición cobraba vida por sí misma. La dualidad entre lo humano y lo fantástico se refleja en cómo estos personajes, aunque enmarcados en mundos irreales, están arraigados en experiencias y emociones humanas. Esto crea una conexión más íntima con el espectador, permitiéndole ver más allá de la superficie fantástica hacia el corazón humano de cada historia.
¿Qué papel juega la nostalgia en tu obra, especialmente en esta exposición?
― La nostalgia es un elemento fundamental en esta exposición, donde quise resaltar los orígenes del cómic. Un ejemplo claro es la representación del Pingüino en su versión original, casi caricaturesca, de los primeros cómics de Bill Finger. Esta figura contrasta con las versiones más modernas y sofisticadas que conocemos hoy en día. Mi intención era mostrar cómo un niño de aquella época percibía a este personaje. De manera similar, quise presentar a Iron Man no como el sofisticado héroe que interpretó Robert Downey Jr., sino como el joven de bigote fino y armadura algo rudimentaria que aparecía en sus inicios. Esta elección busca rescatar la antigüedad de la historia del cómic, mostrando cómo eran estos personajes al principio de sus trayectorias. Al seleccionar las obras más antiguas posibles, mi objetivo era construir un puente hacia el pasado, permitiendo al público explorar los orígenes del cómic y apreciar su evolución a lo largo del tiempo. La nostalgia, así, se convierte en una herramienta para conectar las generaciones actuales con las raíces de estos personajes icónicos.