La Universidad de Playa Ancha (UPLA) enfrenta un escenario financiero complicado que llevó a sus autoridades a implementar un plan de reducción de gastos, pidiendo asesoría de la Superintendencia de Educación Superior.
Entre las principales preocupaciones está una deuda de más de $2.000 millones por parte de Fonasa, sumada a la baja en la matrícula de algunas carreras y retrasos en la entrega de fondos estatales.
Desde la Rectoría indicaron que “estando atentos a todos estos elementos, es hacer un plan de modernización que nos permita justamente reorientar y reorganizarnos de manera tal que no suframos ninguna dificultad y que podamos seguir desarrollando nuestra actividad académica como corresponde».
En esa línea, agregaron que «tenemos la responsabilidad de hacer esas docencias con menos estudiantes y hacer sustentables esas carreras, y en vista de eso, entonces, nosotros nos comunicamos con la Superintendencia de Educación Superior porque queremos hacer un plan, lo estamos definiendo y queremos su acompañamiento, justamente para no cometer errores y faltar a los principios que nos inspiran como universidades del Estado. Así que no es que estemos en una crisis económica, pero sí hay factores que de alguna manera hacen que nuestras economías se ralenticen».
Sin embargo, el rector reconoció que ha pedido a los funcionarios «optimizar, porque yo no quiero que sigan subiendo los gastos, de repente están todas las luces prendidas, están las llaves con el agua corriendo y eso sube los costos, ha subido hoy día la energía; entonces, lo que le he pedido es que seamos cuidadosos».