Tras dos jornadas de extensa espera y después de cuatro votaciones, finalmente los cardenales reunidos en el cónclave eligieron al cardenal Robert Francis Prevost como el pontífice número 267.
El elegido es nativo de Chicago, Estados Unidos, y se espera que continúe con el papado de Jorge Bergoglio: su carrera ha estado marcada por el servicio pastoral y liderazgo administrativo, lo que lo posicionó como uno de los favoritos para suceder a Francisco.
Prevost fue misionero en Perú, y años después fue nombrado arzobispo-obispo emérito de Chiclayo, en el país andino. También era el presidente de la Pontificia Comisión para América Latina.
Además, en 2023 fue designado en el prefecto del poderoso Dicasterio para los Obispos, encargado de nombrar a los mitrados de todo el mundo.
En el año 2002 visitó Chile, donde participó de diversas actividades del Colegio San Agustín, ubicado en la comuna de Ñuñoa, y que fue fundado por los frailes de la Orden de San Agustín, a la cual pertenece León XIV.
En marzo de 2024 participó de la inauguración en Roma de la exposición «Camino hacia el Jubileo: dos siglos de relaciones entre la Santa Sede y Chile».
En ese entonces dijo: «Es importante reconocer diversos aspectos de cultura que hay en cada uno de los países de América Latina, donde se ha dado una gran contribución a través de la evangelización. El anuncio de la fe y la relación entre fe y cultura en América incluye al arte, la pintura, la música y otros aspectos que han sido desarrollados por la presencia de la Iglesia Católica en el continente».
El nuevo papa, de 69 años, es conocido al interior de la Iglesia católica por su «carácter afable y enfoque moderado».
El papa León XIV es miembro de la orden religiosa agustina, de la que llegó a ser superior global. Ingresó al noviciado de la Orden de Agustín en 1977. Su carrera eclesiástica comenzó con el noviciado agustino de Saint Louis donde, en 1981, asumió sus votos.
Posteriormente, realizó varios estudios que le permitieron ascender dentro de la jerarquía eclesiástica: posee una licenciatura en Ciencias Matemáticas de la Universidad de Villanova; una maestría en Divinidad con mención en Misión Intercultural de la Catholic Theological Union en Chicago; y una licenciatura y doctorado en Derecho Canónico de la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino en Roma.
En su currículum se destaca que es políglota, pues domina el español, italiano, francés y portugués, y sabe leer latín y alemán.
En 2015 obtuvo la ciudadanía peruana. El Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec) de Perú confirmó en los últimos días que la institución tiene registrado como ciudadano a Robert Prevost. «Su DNI se encuentra vigente desde 2015», afirmaron.
Un año después sería nombrado por Francisco obispo de Chiclayo y desde 2018 fue vicepresidente segundo de la Conferencia Episcopal de Perú, afrontando entre otras cosas la grave crisis por los abusos del grupo Sodalicio de Vida Cristiana, disuelto este año por el fallecido Bergoglio.
Aunque en Perú muchos lo elogian por apoyar a los inmigrantes venezolanos y visitar comunidades remotas, el cardenal en un momento quedó en el ojo del huracán por denuncias de presunto encubrimiento de sacerdotes acusados de abusos sexuales, señaló La Nación.
Pese a esto, la diócesis de Chiclayo negó categóricamente todas las acusaciones, y apuntó a que la renovada campaña de desprestigio contra Prevost previa al cónclave estaba relacionada con la salida -presentada como renuncia- de José Antonio Eguren, exarzobispo de Piura y miembro destacado del movimiento católico ultraconservador Sodalicio de Vida Cristiana (SCV). Él fue disuelto en enero pasado por decisión de Francisco por casos de abusos y maniobras financieras opacas.
Tras un lustro peruano, en 2023 el papa Francisco lo llamó a Roma para hacerlo cardenal y nombrarlo prefecto del Dicasterio para los Obispos, el ministerio vaticano que elige a los monseñores de todo el planeta.