Una serie de nuevas irregularidades detectó la Contraloría Regional en los hospitales Carlos van Buren de Valparaíso y Gustavo Fricke de Viña del Mar, en base a fiscalizaciones que efectuó el primer semestre de este año, cuyos resultados dieron paso al desarrollo de sumarios administrativos.
Se trata de anomalías que, entre otras, dicen relación con el mal estado de instalaciones, pacientes hospitalizados en pasillos y debilidades del control de la asistencia del personal médico en el caso del recinto asistencial porteño, y pabellones quirúrgicos utilizados como bodegas en cuanto el centro de salud viñamarino, todas deficiencias que, según informó ayer la Contraloría a través de su sitio web, se constataron mediante visitas inspectivas realizadas en mayo para corroborar el estado de las condiciones de infraestructura, instalaciones, cumplimiento de jornada laboral del personal médico, así como el avance de obras comprometidas.
En la fiscalización llevada a cabo al Hospital Van Buren, el equipo en terreno, encabezado por la contralora regional, María Soledad Pérez, pudo comprobar en su recorrido la presencia de pacientes que si bien debían estar en salas de hospitalización, se encontraban ubicados en pasillos o áreas comunes del hospital, cerca de la unidad de urgencia.
También se constató que el lugar destinado a la preparación de alimentos que se distribuyen a los pacientes «presenta un avanzado deterioro, particularmente falta de mantención del suelo, ventanales en mal estado de conservación y techumbre con planchas y vigas a la vista, existiendo riesgo de desprendimientos o desplomes que podrían provocar accidentes laborales del personal y generar contaminación de los alimentos», consigna la información de la entidad contralora.




















