En la localidad de Laguna Verde, a 12 kilómetros al sur del área urbana de Valparaíso, se ubican los Acantilados Federico Santa María declarados en 2005 Sitio Prioritario de Conservación de la Biodiversidad, Santuario de la Naturaleza en 2006 y desde el año 2009 forma parte de la Zona de Transición de la Reserva de la Biósfera La Campana–Peñuelas.
Este lugar es un verdadero laboratorio de sustentabilidad al aire libre en el cual se emplaza el Fundo Interuniversitario del Consejo de Rectores de Valparaíso (CRUV), lugar de docencia, investigación y refugio para muchas especies de fauna, flora y vegetación nativa en peligro de extinción. La profesora de botánica y curadora del Herbario VALPL de la Universidad de Playa Ancha, Pamela Ramírez, explica que, al ubicarse estos acantilados en la zona central del país, lo hacen también en lo que se denomina a nivel mundial el hotspot de biodiversidad.
“¿Qué significa eso? Que la zona central de Chile presenta alto endemismo, es decir, tiene especies que se dan solo en este lugar y que, además, están siendo muy amenazadas por el impacto antrópico, esto es por el ser humano. Esa característica de contener mucho endemismo y mucho impacto (antrópico) ha provocado que los acantilados sean parte de estos puntos de biodiversidad de importancia para conservar”, precisa la académica Pamela Ramírez, en seminario organizado por la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas de la UPLA.
Ramírez junto al académico y botánico de esta casa de estudios, Rodrigo Villaseñor, luego de un estudio determinaron en un sector de los acantilados 5 comunidades de vegetaciones, que crecen en los fondos de quebradas y en laderas. Así es posible encontrar comunidades de lúcumos y maqui, quillayes con litre, retamilla y coligüe, entre otras.
Poca intervención
A lo anterior hay que sumar una gran variedad de especies de flora como orquídeas, lirio costero, Alstroemerias peregrinas y marticorenae, quebrachos, flor de lúcumo y papayitos chilenos, zapatitos y quisquitos. “En un tercio de los acantilados encontramos más de 300 especies reconocidas, cuántas más habrá que nosotros no hemos visto, porque hay muchas más. De este estudio, casi un 50% son endémicas de nuestro país y algunas solo se encuentran en estos acantilados, hay un 30% que son nativas y solo un 20% son introducidas. Este dato ya nos dice que es un lugar importante de conservar. No está tan intervenido, no hay tanta flora introducida y se ha logrado conservar, pienso por la geografía que tiene, porque no es de tan fácil acceso”, explica.
Para la curadora del herbario VALPL UPLA, las plantas en nuestro país no han sido evaluadas lo suficiente, es decir no se conoce su estado de conservación. De acuerdo con el catálogo de la flora de Chile, 5 mil 471 especies están identificadas, de las cuales 2 mil 140 son endémicas del país, y solo 442 de ellas están evaluadas. La relevancia de que sean evaluadas las especies de flora y vegetación del país, y en particular las de los Acantilados Federico Santa María -dice la académica-, radica en que las coloca en el radar de la conservación, protegiéndolas de ser eliminadas por alguna acción humana.