Un confuso incidente, que luego terminó en escándalo, protagonizó el pasado 6 de diciembre la diputada Camila Flores (RN). La parlamentaria llegó entre las seis y las siete de la tarde hasta la tienda H&M ubicada en el centro comercial Casa Costanera, en la comuna de Vitacura, junto a su marido Percy Marín, con la intención de comprar ropa.
Según el relato de la propia diputada, luego de elegir se dirigió a pagar los productos y, llegado su turno, la primera cajera le indicó que no la atendería porque era de derecha. La segunda empleada, le habría dicho lo mismo. Tras eso los ánimos se caldearon y comenzó un escándalo.
En ese instante, Flores exigió hablar con la supervisora, pero esta última también le habría indicado que debía abandonar el local y que no la atenderían.
Después de eso, llegaron dos guardias, los que empleando empujones y manotazos para quitarle el teléfono con el que grababa, los habrían sacado de la tienda, mientras los vendedores aplaudían.
Auellos antecedentes son parte de la versión que entregó la parlamentaria en una presentación a la Corte de Apelaciones de Santiago, para evitar que la empresa borre las imágenes de las cámaras de seguridad. Lo anterior, pensando en presentar una demanda, porque a su juicio fue discriminada por su inclinación política.
Con su acción, Camila Flores, una diputada reconocida por su defensa de la dictadura militar de Pinochet, busca conseguir las pruebas para demandar a la compañia y ser resarcida económicamente. Lo anterior porque a su juicio debió retirarse del lugar junto a su cónyuge “humillada”, se lee en la presentación.
Considerando que se trata de la parlamentaria, la acción legal deberá ser tramitada por un ministro de fuero del tribunal de alzada capitalino. Hasta ahora no hay designación de un magistrado para que lleve adelante la diligencia.
Esta polémica se suma a otra que Flores protagonizó también hace menos de un mes, cuando el 20 de diciembre se conoció que al menos seis choferes habían renunciado a seguir trabajando con ella, debido a los malos tratos que habrían recibido.
Al ser consultada sobre lo ocurrido, la empresa H & M, explicó que tenían “constancia del incidente”.
“En H&M tenemos una política global de tolerancia cero hacia la discriminación. Dicha política se aplica tanto en la relación entre nuestros trabajadores, como hacia clientes o entre trabajadores y clientes. No aceptamos ningún tipo de discriminación por ningún motivo, ya sea de índole religiosa, de género, ideológica o cualquier otro tipo. Nuestros trabajadores son conocedores de dicha política y se trabaja para mantenerla viva”, señalan mediante un comunicado.
Y agrega: “Tenemos constancia del incidente (…) y desde el día que tuvo lugar se abrió una investigación interna para esclarecer lo sucedido. Las empresa se reserva el derecho a implementar las medidas internas que correspondan una vez la investigación concluya. Entre ellas, y dadas las circunstancias que se están viviendo en Chile, ya se ha optado por reforzar la política de no discriminación ya mencionada, así como otras medidas que consideramos fomentan un buen ambiente de trabajo y la seguridad de las personas en nuestra tiendas”.
(Fuente: Biobiochile)