Por Mariela López Medrano
Periodista
En Chile, por cada hombre con diagnóstico de depresión, hay cinco mujeres deprimidas. A esto se suman cifras de la OMS (Organización Mundial de la Salud), quienes indican que la depresión prevalece de 1,5 a dos veces más entre las personas de bajos ingresos. Si esta patología ya es un problema agudo, en las mujeres se torna un infierno.
Pero por qué se dan estas cifras altísimas. Son varias las aristas, una de ellas apunta a factores de salud y hormonales. Para los psiquiatras hay una alta correlación entre depresión post parto y menopausia, donde se pueden dar diversos fenómenos.
Sin embargo, el área que más está incidiendo es la sobrecarga laboral, una faceta esencial en la dinámica diaria que deben enfrentar día a día; convirtiéndose en una mochila cada vez más pesada. Si ya el trabajo se torna pesado, llegan a su casa a asumir otros roles, donde las tareas no se cumplen en forma equitativa con los hombres, quienes están muy al debe. Según estudios, las mujeres destinan en promedio nueve horas más que los hombres a cocinar, limpiar y cuidar a la familia. Este último punto es importante, porque históricamente ellas son las que se hacen cargo de personas mayores y enfermos.
En pandemia esta situación se ha recrudecido. El teletrabajo sigue siendo una carga intensa y ahora hay que dividirse entre las obligaciones en línea y paralelamente al cuidado de los niños. Además el trabajo informal ha aumentado considerablemente, porque los problemas económicos obligan a muchas de ellas a subsistir con labores muy precarias y a esto se suma que deben salir adelante solas. En Chile más del 40% es jefa de hogar. De esta forma el estrés y la ansiedad están a la puerta.
En Chile , los problemas de salud mental constituyen la principal fuente de carga de enfermedad y es uno de los países de la OCDE, con menor aporte público para financiar el gasto en salud. De esta forma, la mayoría de las mujeres tiene escaso acceso a tratamiento, aumentando considerablemente los índices de depresión sin tratamiento.
Hay estadísticas que indican que casi el 60% ha sufrido de tristeza extrema alguna vez. En las mujeres esto se vuelve radical. La pandemia las está poniendo a prueba y colocándolas en un estado de mayor vulnerabilidad psíquica.
En momentos en que se están reivindicando los temas de género es hora de que el Estado y sus diversos estamentos, replanteen las condiciones de vida que enfrentan las mujeres día a día. Se debe hacer una cirugía mayor al entramado social, cultural y educacional, para sentar las bases de un nuevo trato.
(Foto: istock).