Miedo, incertidumbre, desconfianza e incredulidad, es la respuesta más frecuente que las personas presentan en contexto de pandemia. A esto se suma un cambio abrupto en la rutina, producto del confinamiento y las restricciones de desplazamiento, lo que también afecta la modalidad de estudio y trabajo, para un importante número de personas.
Así lo afirma la terapeuta ocupacional Ludmila Varas Yupatova, académica de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Playa Ancha (UPLA) y doctora en Salud Pública, quien advierte que la pandemia afecta la salud mental en forma importante, porque se produce un desajuste en las actividades diarias, lo que genera falta de control sobre nuestro entorno. Es decir, la alteración de la rutina es algo muy complejo y afecta seriamente nuestras actividades cotidianas. Pero ¿a qué tenemos que estar atentos?
“Cuando hablamos de señales de alerta, me refiero a los primeros indicios, síntomas a los cuales tenemos que poner mucha atención, ya que, de no considerarlos, puede evolucionar a un grave problema de salud mental. Las principales señales de alerta en los adultos son: problemas para dormir; cambios en el comportamiento, como apatía, fatiga, irritabilidad o impulsividad; cambios en el estado de ánimo (como tristeza, euforia, temor); aislamiento social; y presencia de pensamientos de autorreproche o catastróficos y sentimientos de desvaloración”, afirma la especialista.
Agrega que la mayoría de estos síntomas pueden partir de manera leve. Sin embargo, cuando estos sentimientos y conductas se vuelven cada vez más frecuentes e interfieren las actividades cotidianas y relaciones sociales, es necesario buscar apoyo.
Síntomas en niños y adolescentes
En el caso de los niños, niñas y adolescentes, la académica también comenta que hay señales claras, tales como: presentar un mínimo interés en las cosas que antes disfrutaba; dormir demasiado o muy poco; baja energía; fumar, beber alcohol o usar drogas; presentar pensamientos suicidas; ejercicio o dieta excesiva; y comportamiento arriesgado o destructivo.
“En los niños pequeños, muchos de los padres han reportado mayor irritabilidad tras lo cual han incorporado dentro de la rutina salidas al aire libre y actividades lúdicas, lo que permite apoyar al niño en esta nueva vida en pandemia. En el caso de los adolescentes y adultos y , frente a las primeras señales de alerta, lo importante es que las personas logren tener consciencia de los cambios que están teniendo, autoevaluar como ha estado en el día en este período, conversar con familia, amigos, reconocer cómo se está sintiendo y qué pensamiento e ideas vienen a su cabeza. Vivir este proceso con apoyo con consejo, en la medida que una persona se sienta apoyada y escuchada, generará mayores y mejores estrategias para afrontar las dificultades”, dice Ludmila Varas, quien enfatiza que cuando la persona se da cuenta que hay conductas e ideas reiteradas que no puede controlar, es importante buscara apoyo profesional.
Recomendaciones
Dentro de las sugerencias que hace la profesional, destacan las siguientes:
1.- Autoevaluarse ¿cómo me siento?, ¿qué pensamientos e ideas están siendo recurrentes? y ¿cuáles me hacen daño? La meditación ha sido una importante herramienta en tiempos de pandemia.
2.- Mantener las relaciones con entorno, familia, amigos, compañeros, vecinos. Llamados telefónicos, video llamadas, chats, pueden ser muy útiles.
3.-Estructurar la rutina, porque da un orden a nuestro día a día. Saber qué va a ocurrir en nuestra jornada genera mayor tranquilidad y comodidad. Organizar nuestras actividades, separando los espacios del hogar para ello.
4.- Hacer actividad física, caminar o hacer ejercicios en casa como yoga, baile, etc., permite que tengamos más equilibrio en nuestras ocupaciones.
5.- Cuidar el sueño. Definir un horario de descanso que se mantenga en el tiempo ayuda a contar con energía para poder ser funcional en las actividades cotidianas.
6.- Alimentarse en forma saludable. Se puede generar ansiedad, la que se manifiesta en la ingesta excesiva y compulsiva de alimentos.
7.- Buscar actividades que nos hagan felices, que nos motiven y reconforten: actualmente, hay muchas ofertas de talleres online que pueden ser de utilidad, también hacer cosas en la casa (juegos de mesa con la familia, ver una película, hacer ejercicios, cocinar), son algunas de las actividades que podemos hacer y son factores protectores para nuestra salud mental.
8. Activar una efectiva red de apoyo, en el caso que requiera ayuda, saber cómo y a quién acudir por ayuda.