Por Bari Hayoun
Director regional de OrCam Technologies para Latinoamérica.
La pandemia ocasionada por COVID-19 trajo consigo la redefinición del contexto laboral, implementando de manera casi obligatoria el trabajo desde casa. Según Randstad, un 48% de las empresas en Chile impulsó el teletrabajo entre sus trabajadores durante la primera semana de crisis. De acuerdo al sondeo, aplicado a 440 compañías de diferentes rubros, el 31% de las firmas ya tenía implementado el teletrabajo como opción para sus trabajadores.
Ante este escenario, la necesidad de trabajar desde casa por protección, salud y reducción de movilidad generó el impulso de una nueva ley de teletrabajo en el país que vio la luz el 24 de marzo de 2020 cuando el presidente de Chile, Sebastián Piñera, promulgó el proyecto para la regulación del Teletrabajo. En dicha ley, el empleador se compromete a brindar herramientas tecnológicas y facilidades para el teletrabajador. Esta nueva realidad abre una gran ventana de oportunidades para que cada vez más personas con discapacidad opten a trabajar desde casa con los beneficios que ello conlleva.
Anteriormente existían ciertos mitos sobre el home office, pero ha quedado claro que, con el apoyo de la tecnología, se pueden realizar las tareas de oficina de manera eficaz, incluso con mayor rendimiento y beneficios para el colaborador. Por ello, la oportunidad que brinda el home office a las personas con discapacidad es infinita, debido a que no tienen que desplazarse fuera de sus hogares y, por tanto, no necesitan de la figura de un asistente para poder llevar a cabo su traslado o actividades, incluso se reduce la posibilidad de sufrir algún accidente, así como la disminución en gastos de movilidad.
La tecnología ha impulsado una mejor calidad de vida para las personas con discapacidad visual o ceguera, ya que a través de la tecnología asistencial se abre una nueva oportunidad de independencia para esta población, debido a que en el mercado existen dispositivos que se activan por medio de la voz y transmiten información visual de forma audible en tiempo real, sin la necesidad de estar conectado a internet y sin el apoyo de un tercero. Estas tecnologías posibilitan la lectura de textos, ya sean en formatos digitales a través de una computadora, un celular o en formato físico, además de que son dispositivos pequeños y cómodos que también permiten el reconocimiento de rostros, colores, denominación de billetes, objetos y productos.
Si un dispositivo tecnológico tan pequeño brinda la oportunidad de transformar la vida de una persona, brindándole independencia y seguridad, una oportunidad laboral le permitiría una mejor calidad de vida y mayores oportunidades de desarrollo en el futuro y para las siguientes generaciones. Por ello, es necesario que las empresas promuevan programas eficaces para la inclusión de las personas con discapacidad, ante esta oportunidad histórica de realizar labores desde casa o cualquier lugar con acceso a internet y un computador. Es momento de dejar atrás las limitaciones de accesibilidad, romper con la barrera de la discriminación y la desigualdad laboral para abrir paso a políticas empresariales que sumen en su fuerza laboral a personas con discapacidad, fomentando también una sociedad más incluyente.