Existe una “preocupante fragilidad económica en la industria del fútbol chileno que podría ser mucho peor si los clubes no recibieran los dineros por la televisación de los partidos”. Esa es una de las principales conclusiones del académico de Auditoría de la Universidad de Valparaíso (UV) Alejandro Torres luego de realizar una completa radiografía financiera a las instituciones de Primera A y B del balompié local, considerando los dos últimos años y con cifras a junio de 2021.
En ese sentido, el autor del estudio también indica que “las sociedades anónimas deportivas no han cumplido la promesa que les dio origen en cuanto a resultados económicos, desarrollo institucional y logros deportivos”, tras evaluar una serie de indicadores como de probabilidad de quiebra, deudas tributarias y laborales, valorización de mercado de los clubes, pérdidas acumuladas, ingresos y principales gastos.
“Lamentablemente se trata de una situación generalizada que tiene a la industria del fútbol en una delicada situación financiera, agravada por la pandemia, que alejó al público por motivos evidentes”, agregó el profesor Torres.
El experto en finanzas explica que la situación es generalizada, “pues hasta los propios resultados de la ANFP son poco auspiciosos. Las pérdidas acumuladas de la asociación superan los 11.500 millones de pesos, lo que se traduce en un patrimonio negativo de más de 3.600 millones. “Que el organismo que ejerce la supervisión sobre los clubes muestre esta situación financiera es una muy mala señal para toda la industria”, sentenció Torres.
Para fundamentar sus afirmaciones sobre los clubes, el académico analizó los siguientes cinco aspectos:
1. Análisis financiero y probabilidad de quiebra
Para el caso de la Primera División, en el año 2020 aumentaron de seis a nueve los clubes que presentan probabilidad de quiebra según el modelo financiero aplicado para predecir la insolvencia financiera, conocido como el modelo Z de Altman. A los clubes que en 2019 mostraban ese riesgo, es decir, Colo Colo, Universidad de Chile, Everton, Santiago Wanderers, O´Higgins y Audax Italiano, se sumaron Universidad Católica, Ñublense y La Serena. Lo anterior, considerando los estados financieros al 31 de diciembre de 2020, que deben ser enviados a la CMF hasta el 30 de abril de 2021 y que en algunos casos fueron enviados con retraso incluso en el mes de junio.
“Las pérdidas acumuladas de los clubes de la división de honor ascienden a 59.110 millonesPara dimensionar esta cifra, podemos decir querepresentan un 38,6% de la partida del Ministerio del Deporte establecido en la Ley de Presupuestos del año 2021 o a 19 veces el Fondo Nacional para el Fomento del Deporte”, dijo Alejandro Torres.
En números generales, los activos de los clubes disminuyeron 12% en el periodo analizado, el patrimonio en un 15%, los ingresos en un 23%, el flujo de efectivo de la actividad de inversión en un 50% y los resultados anuales pasaron de una utilidad consolidada de 542 millones el año 2019 a una pérdida consolidada de 9.535 millones al cierre del año 2020.
2.- Deudas laborales y previsionales
Mediante la Ley de Transparencia, el académico de Auditoría de la UV solicitó información relacionada con la deuda tributaria de los clubes de la Primera División y de Primera B a la Tesorería General de la República y encontró que solo la deuda morosa de los clubes de ambas series asciende a 1.087 millones de pesos, según cifras a mayo de 2021.
Por otra parte, en los estados financieros de Colo Colo y Universidad de Chile, se detallan las deudas fiscales que aún figuran con obligación de ser pagadas al fisco de 11.901 millones para el caso del primero y de 4.234 millones para el equipo azul. Ambas deudas originaron la declaración de quibera de ambos clubes y fueron el inicio de la modificación legal para transformar los clubes en sociedades anónimas deportivas. “Recordemos que en el mensaje del Presidente de la República de la ley de S.A. Deportivas se indicaba que con esta modificación los clubes podrían acceder a nuevos recursos, tendrían un mayor control e incluso gozarían de los beneficios relativos a los mercados emergentes”, señaló Torres.
Asimismo, considerando los datos oficiales de la Dirección del Trabajo, que están en su sitio web en el apartado “registros e informes”, en específico en la búsqueda de moras previsionales, los clubes del futbol profesional chileno muestran una deuda previsional presunta de 2.460 casos para la Primera División y de 841 casos para la Primera B, con cifras oficiales a marzo de 2021.
3. Ingresos de la televisión son destinados a cubrir remuneraciones
Otro aspecto que da cuenta de la fragilidad económica del fútbol local es que el análisis de los estados financieros por los clubes de Primera División arroja que los ingresos por televisión ascienden a 45.345 millones de pesos, mientras que el gasto en remuneraciones de jugadores y cuerpo técnico de los mismos alcanzó los 45.870 millones, aproximadamente.
4. Bajas inversiones en fútbol joven y femenino
Según se pudo desprender de los estados financieros y dada la disparidad de criterio para informar los gastos en materia de fútbol joven y femenino, se pudo determinar que menos del 1% se destina a estas ramas de desarrollo.
5. Valores de mercado de los clubes
Los clubes de la Primera División presentan un valor de mercado de 168,32 millones de euros, lo que comparado con otras realidades no es una cifra elevada. Por ejemplo, dos clubes de Brasil tienen un valor de 152 millones de euros y 147 millones de euros, como son los casos de Flamengo y Palmeiras, respectivamente.
Según el profesor, no solo en Chile se demuestra la directa relación entre inversión y la obtención de resultados. Cabe recordar que en la anterior Copa Libertadores el campeón fue el club Palmeiras. Y si miramos Europa, la última final de la Champions League fue disputada por los dos clubes de mayor valorización, Manchester City (1.030 millones de euros) y Chelsea (858,5 millones de euros).
A juicio de Torres, “es necesario que los clubes de fútbol en Chile se gestionen realmente como empresas que quieren crecer, inviertan en infraestructura y en formar nuevos talentos, y aspiren a obtener logros nacionales e internacionales. Todo ello debe estar basado en unas finanzas ordenadas, pero también en una mayor ambición competitiva”.
Añadió que “profesionalizar la actividad es una tarea fundamental. Si estamos en presencia de un negocio no existe otra manera que administrarlo que de forma profesional. Es impensable imaginar que una empresa, cualquiera sea el rubro al que se dedique, no ejecute un proceso de planificación del su negocio”.