Según revelan las últimas encuestas, más del 50% de los electores en Chile aún no tiene claro por quién votar. Por ello, a días de las elecciones presidenciales y parlamentarias, vale la pena preguntar ¿cuáles son los factores que podrían incidir en la percepción de los electores para optar por uno u otro candidato?
Para el doctor Felipe Venegas San Martín, académico del Departamento de Género, Política y Cultura de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), aparte del sector que represente el candidato o candidata o el contenido de su programa, hay elementos de forma que influyen en la percepción de los electores, como la claridad en la exposición de las ideas, y la seguridad y capacidad para defenderlas y rebatir las contrarias, sin perder la mesura que se espera de quien aspira a gobernar un país.
“Esto se llama comunicación política y aquí resulta fundamental la empatía que el candidato o candidata genera con el electorado, el que debería traducirse en una conexión emocional con los ciudadanos. Es decir, generar la confianza de que no solo la tecnocracia es importante en política, sino también la sensibilidad, el factor humano. El mejor ejemplo me parece, en este sentido, es comparar a la ex Presidenta Michelle Bachelet y el actual Presidente Piñera. En el primer caso, se percibe empatía con el electorado, se muestra como una persona común, cercana; en cambio, en el segundo caso, el énfasis se coloca en la gestión, en la eficiencia y en los números”, sostiene Venegas.
En términos concretos, agrega el académico UPLA que se conjugan dos elementos que inciden en la decisión del voto: los atributos personales de determinado candidato o candidata, como la credibilidad. Y por otra parte, la relación que éste o ésta tenga con la realidad concreta que enfrenta la ciudadanía, tanto a nivel nacional como especialmente a nivel local.
Gran incertidumbre
Los aspectos mencionados cobran mayor relevancia si se considera el alto nivel de incertidumbre acerca de quién será el próximo Presidente o Presidenta del país. El académico comenta que, como todo fenómeno político, las razones son múltiples. Entre las más importantes destaca el descrédito progresivo que han sufrido las instituciones que aumentó el alejamiento de la ciudadanía de este tipo de actividad y la reemplazó por los movimientos sociales de muy variada índole. A juicio de Venegas, lo anterior provocó el surgimiento de nuevos liderazgos más vinculados a las reivindicaciones concretas de una sociedad compleja para la cual el sistema de partidos y sus liderazgos tradicionales no supieron adaptarse dado su alejamiento de las bases y la realidad social.
Por otro lado -dice- está la reestructuración del sistema de partidos y alianzas políticas a partir del estallido social, que reordenó las piezas en torno a la Convención Constituyente, y que generó una relación de apoyo-rechazo al proceso de cambios. Esto polarizó a la sociedad, provocando la eventual desaparición del centro político, cuya importancia radica en ser un factor catalizador del conflicto.
En este contexto, ¿es posible pensar que tras las elecciones se reactive en las calles algunas demandas que explotaron el 18-O? Para el académico UPLA, el descontento continúa y aumenta con algunas medidas del gobierno y la clase política actual, como el fin de las ayudas sociales (IFE) o el (también eventual) rechazo al retiro del cuarto 10%. Por ello -advierte-, con independencia del resultado de la primera vuelta, el malestar social, que es un problema de fondo y de carácter multidimensional, probablemente continuará. En ese momento serán fundamentales tanto las propuestas como el comportamiento de los candidatos respecto a avanzar efectivamente en políticas sociales urgentes.
“Me parece que la clave es comprender el momento político y social por el que estamos atravesando y generar políticas urgentes de bienestar social que logren sintonizar con las demandas transversales de la ciudadanía. Creo que el o la Presidente/a electo/a ya debería tener un plan de acción para los primeros cien días que se centre en esas políticas urgentes. En cuanto al desarrollo del gobierno siempre será importante la capacidad de diálogo y convocatoria en base a un proyecto de país, que se haga cargo de una realidad distinta que exige mayor equidad en todas las materias”, concluye el académico.