El constituyente Agustín Squella solicitó a María Elisa Quinteros y Gaspar Domínguez, la nueva presidenta y vicepresidente de la Convención Constitucional, “no coquetear siquiera con pedir la extensión del plazo que tenemos para hacer nuestro trabajo”. Esta palabras las emitió tras su elección ocurrida este miércoles 5 de enero.
“Nada de lo que viene será fácil. Debatir normas constitucionales es tan interesante como fácil, pero, aunque resultará difícil aprobarlas por 2/3, estamos obligados a ello porque eso es lo que espera la ciudadanía”, sostuvo el convencional constituyente, Agustín Squella al evaluar los desafíos que tendrá la Convención Constitucional durante el llamado “segundo tiempo”, y que estará encabezado por María Elisa Quinteros y Gaspar Domínguez.
El abogado, junto con felicitar a la nueva Presidenta y Vicepresidente de la Convención, y a quienes deseó el mayor de los éxitos en su gestión, manifestó que “contarán con este y todos los constituyentes para hacer el mejor de los trabajos en los 6 meses que tenemos por delante”.
Construir un equipo
La Convención Constitucional, recalcó,” tiene que transformarse en un equipo, en un verdadero equipo de trabajo, y estoy seguro de que María Elisa lo dirigirá con tino y eficacia hacia lo que tiene todo equipo: un objetivo del que todos sus integrantes son responsables”.
“La nueva Mesa estará integrada por dos jóvenes y meritorios constituyentes y tendrá a su cargo la gestión en el periodo de mayor e intenso trabajo de la Convención. Una gestión articuladora y no sólo coordinadora de las siete comisiones temáticas en que está dividido hoy el trabajo de la Convención”, agregó.
En esta lógica, explicó, es necesario que, bajo la dirección de la nueva mesa, “la Convención llegue a formar un auténtico equipo y no un conjunto de colectivos que, a veces, va cada uno por su lado. Y espero que la nueva mesa no coquetee siquiera con pedir la extensión del plazo que tenemos para hacer nuestro trabajo”.
A su juicio “todos tendremos que poner lo mejor de cada uno de nosotros, especialmente los colectivos que se han formado dentro de la Convención, para abrirnos cada vez más al diálogo y la necesidad de llegar a acuerdos razonables y justos que no sean la imposición de un sector sobre otro. El nuevo Presidente lo dijo con claridad cuando visitó la Convención: el país no espera una Constitución partisana, es decir, de una parte del país, sino una Constitución de todos y que la mayoría del país pueda votar favorablemente en el plebiscito de salida”.
Plazo acotado
A su juicio, el mayor desafío de esta segunda etapa,” será cumplir dentro de los próximos 6 meses y no aspirar a un plazo mayor que el que se encuentra fijado. Una Convención Constitucional tiene una meta, pero para ser conseguido dentro de un plazo y no en tiempos ilimitados”.
Respecto al rol que desempeñó la Mesa que encabezaron Elisa Loncon y Jaime Bassa, sostuvo que “hizo un buen trabajo para conseguir una plena instalación de la Convención y dotar a esta de sus reglas internas de funcionamiento. Sin embargo, y aunque se trata de algo ya superado, le falto determinación para articular el trabajo de las comisiones transitorias que dieron lugar no a uno, sino a 5 reglamentos de la Convención”.
Las críticas
Squella, quien criticó duramente el proceso de elección – en el que hubo 9 votaciones debido a la falta de acuerdo- al que calificó como un “triste espectáculo”, celebró que tuviera un buen desenlace” y aclaró que su candidatura a la Presidencia fue testimonial remarcando que “no buscaré un lugar en la mesa”.
El abogado cuestionó, sí, la actuación de los colectivos: “No dimos una buena imagen con esa sucesión de votaciones infecundas, varias de ellas erráticas, y que solo ponían de manifiesto el egoísmo, la ineptitud y la falta de experiencia política de los colectivos más numerosos que hay al interior de la Convención, que se toman todo como una oportunidad de distribuirse el poder antes que de asumir el trabajo. Pero hay que quedarse con el buen desenlace de hoy: la presidencia de María Elisa Quinteros”.