Por José Ossandón
Periodista y director de La Región Hoy
En el fondo, creo, que no se trata si Chile ganará más o menos con la licitación del litio: lo que no quiere entender este Gobierno, es que la ciudadanía hace dos años perdió la confianza del presidente Sebastián Piñera y todos sus asociados.
Una autoridad, a quien lo más probable que en otro país, cualquiera del mundo, lo habrían obligado a dimitir, hoy se yergue —dentro de su ignota imaginaria— como un caudillo que hará de nuestro territorio nacional “el líder en producción del litio”.
Lo que el señor Presidente no entiende es que su gobierno se terminó hace rato y que existe hoy un proyecto que cuenta con un gran respaldo ciudadano.
Por lo mismo, cualquier amarre que el empresario Piñera quiera hacer en “pos” de nuestro país, es una patada en la canilla para los chilenos que esperan que termine luego esta pesadilla.
Al Presidente le entra agua por todos lados. Pero está peor que la orquesta del Titanic de James Cameron. Por último, esta terminó ahogándose, mientras que el actual jefe de Estado cree que siempre habrá un tanque de oxígeno donde comprar.
Es por el bien del país que Sebastián Piñera debiera desistir de sus obsesiones económicas y figurativas.
Le queda poco, señor Presidente, deje que el país avance o retroceda, pero que se mueva, y que lo haga al ritmo del país y no al sonido de sus monedas.