Por José Ossandón
“El homicidio surge de la intensidad de los deseos de la muerte que coexisten con nuestras emociones al servicio de la vida, del mismo modo que el amor y el odio conviven dentro de nosotros, El homicidio, a pesar de nuestra resistencia a admitirlo, es parte de nuestra humanidad y tiene su raíz en emociones humanas. Es este aspecto frágil y cruel de nuestra conducta el que hace a muchos de nosotros más capaces de matar de lo que imaginamos”.
(La mente asesina / David Abrahamsen)
En el último año, pese a que Chile siempre ha sido cueva de forajidos y de mentes perturbadas (bueno, en todo el planeta, pero ahora nos concentraremos en nuestro país), esta parte del mundo se ha visto convulsionada con episodios de alta violencia. El estallido social del 18 de octubre de 2019 se convirtió, en parte, en una criatura inmensa, de grandes fauces, que se inmiscuyó en protestas sociales válidas.
“¿Tan enojado estaba Chile?”, se preguntó un periodista rostro de un matinal mientras se quemaban iglesias, bancos, automotoras y negocios.
Mientras en París los Chaquetas Amarillas prendían fuego en sus principales y turísticas calles, y los jóvenes en Hong Kong enfrentaban al temido imperio chino-comunista-capitalista.
Luego vino la pandemia de la COVID-19 y la violencia aparentemente se esfumó, al menos en Chile; pero había una carta de póker guardada bajo la manga de las SOMBRAS y lo que antes era violencia social, se transformó en delincuencia, con una bomba de racimo que lanzó esquirlas de criminales nunca vistas —o quizás siempre estuvieron, pero solapadas— en la historia de nuestro país… Al menos, nunca tan publicadas y emitidas por los medios de comunicación.
Pero: ¿qué nos diferencia de una mente violenta a una criminal?
El médico psiquiatra del hospital El Salvador, Julio César Michelotti, y académico de la Universidad de Valparaíso y experto en psiquiatría forense, nos entrega algunas luces para conocer estas mentes oscuras.
—¿Qué pasa por la mente de una persona como la que asesinó al empresario Pedro Carrión?
“Aquí hay un trastorno severo de la personalidad, con una total insensibilidad hacia las normas legales, morales, éticas y hacia la integridad personal ajena. No hay culpa ni reparo en superar los límites legales e incluso llegar al homicidio a sangre fría y planificado con fines puramente económicos”.
—¿Qué diferencia hay entre una persona enferma y una mala, malvada?
“La diferencia estaría en que la enfermedad es una condición mental en que se pueden producir diverso tipo de alteraciones de diferente gravedad, el ´acto enfermo´ asociado a hechos delictuales, no sería algo ´voluntario´, y no estaría vinculado a un afán de producir daño; por otro lado, el acto ´cuerdo, pero malvado´, estaría vinculado a personas que teniendo una alteración en su personalidad NO se consideran dentro del espectro de la enfermedad mental, pueden funcionar en sociedad en forma adecuada, pero ELIGEN actuar dañando a otros para obtener sus fines”
La droga
Quien fuera el perito a cargo de tratar a Johanna Hernández, condenada por el asesinato y posterior descuartizamiento del profesor Nibaldo Villegas, asevera: “En el caso de las personas que comenten crímenes muy violentos sin remordimiento, se da ese patrón antes referido de personalidad patológica que ve a las perdonad como ´cosas´, que utiliza, desecha y elimina si es que le resultan un obstáculo para obtener sus fines”.
—Desde el punto de vista de la ciencia, ¿qué pasa por la mente de un criminal?
“El criminal es una definición social, en general; nosotros lo entendemos como una persona que ´se dedica´ a actividades ilícitas para vivir. Dentro de estas, hay sanas y también enfermas, en diverso grado”.
—¿A qué se debe el aumento de crímenes en Chile?
“La indiferencia social frente a la pobreza, marginalidad, la falta de oportunidades tanto en lo social como en lo sanitario, alienan además a las personas, facilitan su búsqueda de escape en la droga, lo que sumado a falta de acceso a atención de salud mental oportuna aumentan la tendencia a la violencia”.
(Foto principal: Fuente EFE)