El constituyente del distrito 7, Agustín Squella, participó esta semana en el programa «Quién lo Diría», de Radio Infinita, y comentó sobre los artículos aprobados por el pleno provenientes de la Comisión de Principios Constitucionales, que luego de alcanzar el quórum de ⅔ pasaron al borrador de la nueva Constitución. Uno de los artículos más controversiales es el primero, que declara: «Chile es un Estado social y democrático de derecho. Es plurinacional, intercultural y ecológico”.
Respecto a la aprobación de este artículo, el constituyente comentó que: “Lo que más importa es la primera frase (…) porque ahí está la opción por la democracia como forma de gobierno (…) y social, para dejar claro que el Estado no se llamará subsidiario”. Sobre el carácter plurinacional que se le otorga al Estado en las siguientes líneas, Squella señaló que la plurinacionalidad constata un hecho y es que los pueblos originarios de Chile existen, y “lo que importa es que la futura legislación sobre la materia saque conclusiones comprometidas con los pueblos originarios, pero sensatas”, agregó.
El artículo además declara en su segundo párrafo que Chile: “Se constituye como una República solidaria, su democracia es paritaria y reconoce como valores intrínsecos e irrenunciables la dignidad, la libertad, la igualdad sustantiva de los seres humanos y su relación indisoluble con la naturaleza». Sobre a qué hace referencia el concepto de República solidaria, el constituyente Squella explicó que “es una declaración de principios, un óptimo al que se aspira”. Porque si bien, como agregó, no se corresponde con la realidad actual o futura del país, le parece bien que la palabra solidaridad quede incluída en la Constitución.
En su participación en el programa, Squella además se refirió a las voces críticas que han surgido en torno al desarrollo del órgano redactor: “se ha instalado en Chile la desmesura. La desmesura de los maximalistas que quieren refundar el país y quieren otro Chile (…) Y por otro lado la desmesura de los apocalípticos”, advirtió, haciendo referencia a quienes aseguran que el país se va a ir al “abismo”.
El proceso de votaciones en el pleno debería terminar la primera semana de mayo y luego se daría paso al trabajo de la Comisión de Armonización. Desde la sociedad civil ha surgido un movimiento que busca que la comisión tenga más atribuciones, sin embargo, el constituyente no lo ve como una opción viable. “Lo único que les pediría como compañero constituyente es que no usen la Comisión de Armonización como a veces se han utilizado las comisiones y el pleno, para que distintos egos colectivos o individuales (…) se empeñen en dejar su huella dactilar en el futuro texto constitucional”, declaró.