Alteraciones en el desarrollo facial de los niños y propensión a generar problemas respiratorios, son algunas de las consecuencias que puede provocar que un menor respire exclusivamente por la boca. Por ello, los profesionales siempre recomiendan estar atentos sobre si esta es una conducta permanente, lo que requerirá una evaluación médica.
Rodrigo López, kinesiólogo de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), especialista en temas respiratorios, explicó que la nariz cumple tres funciones básicas: una es calentar el aire, pues nuestro organismo funciona a 36.5 grados de temperatura, por lo tanto, es necesario adaptar el aire que entra por nuestra nariz (que puede ser de 12 grados o menos en invierno). La idea es calentar y entibiar el aire inspirado, de modo que a los pulmones no llegue frío.
Una segunda función es humidificar el aire; y finalmente, filtrar partículas macros (como el polen). Para ello, las fosas nasales y otras partes del aparato respiratorio están protegidas por pelos diminutos llamados vibrizas, que se encargan de filtrar el polvo y otras partículas que entran en la nariz junto con el aire que respiramos.
“Cuando el niño respira exclusivamente, o de manera pasiva, por la boca, todas estas funciones se pierden y, por lo tanto, se respira un aire que está sin filtrar, seco y frío y que, por lo tanto, puede dañar el árbol bronquial, y hacer al niño más susceptible a desarrollar enfermedades respiratorias, a la exposición a alérgenos, como el polen, ácaros del polvo, etc. Y, por lo tanto, a ser más crónico en cuanto a enfermedades respiratorias”, sostuvo el especialista.
Por lo anterior, el kinesiólogo UPLA llamó a estar atentos en verificar si los niños efectivamente respiran por la nariz, para así evitar frenar u obstruir el paso del aire por la vía nasal. Si esta condición se mantiene, es necesario consultar con un otorrinolaringólogo para determinar las causas. Al respecto, precisó que estas son multifactoriales: podría deberse a una hipertrofia de los cornetes nasales, hipertrofia de las adenoides, problemas en el tabique nasal, malos hábitos orales, o problemas en la oclusión, entre otros.
“El niño o persona con respiración bucal tiene una cara característica, siempre está con la boca abierta, ciertos huesos de la cara, como los que forman el pómulo, el maxilar, el hueso malar están poco desarrollado y la lengua tiende a tener poco tono muscular y a estar abajo. Ese un rasgo característico facial de las personas que crónicamente respiran por boca y que se conoce como facie atópica. Es decir, cara alérgica… Yo recomiendo siempre a las mamás o papás que vean que sus hijos es respirador bucal, consulten siempre a un Otorrino para descartar cualquier obstrucción a nivel nasal”, dijo el profesional, quien agregó que no respirar bien por la nariz favorece las infecciones de la vía aérea inferior (bronquios y pulmones).
¿Ante qué signos o síntomas estar atentos? López sugirió estar atentos a los tos seca o tos nocturna, a la dificultad los cambios en el macizo facial, a la deglución atípica, a la disfonía y a las infecciones respiratorias frecuentes o intensidad de las crisis asmáticas. Agregó que la mayoría de los casos se puede tratar, algunos serán con medicamentos (corticoides nasales generalmente, y otros con intervención quirúrgica. Lo importante es detectar el problema a tiempo para evitar consecuencias mayores.