¿Siente que subió o bajó de peso después de contraer Covid-19? ¿Cree que tiene que hacer algo al respecto? Un estudio desarrollado por la carrera de Nutrición y Dietética de Universidad Santo Tomás Viña del Mar apunta precisamente a esas interrogantes y entrega interesantes conclusiones: el 40,2 por ciento de los encuestados declara haber perdido peso luego del contagio por la COVID-19 y la autopercepción de malnutrición por exceso bajó casi un 10%.
“Autopercepción de la imagen corporal previo y posterior al diagnóstico de la enfermedad por coronavirus”, es el nombre de la investigación realizada por las estudiantes Fernanda Arce y Alyson Ampuero como parte de su seminario de investigación, bajo la supervisión del docente Víctor Araya. Se trata de un cuestionario aplicado a 107 personas entre 18 y 60 años de edad, con diagnóstico confirmado de Covid-19 y que no hubiesen iniciado su proceso de vacunación (el estudio se realizó en el periodo 2020-2021), con el fin de igualar las condiciones para todos.
¿Cómo se midió la autopercepción? Cada participante debía revisar una imagen con siete modelos anatómicos y sus respectivos índices de masa corporal, que van desde bajo peso a obesidad, e identificarse con una de esas figuras. Así, antes de la enfermedad, un 87,9 % calificaba en malnutrición por exceso (sobrepeso u obesidad), mientras que en normopeso lo hacía un 11, % y en bajo peso se autopercibía un 0,9 % de las personas. ¿Qué pasó después de la enfermedad? El porcentaje de personas con malnutrición por exceso bajó a 78,5 %, y las personas con normopeso y bajo peso subieron a 15,9 % y 5,6 %, respectivamente.
A los participantes también se les contrapreguntó si habían presentado pérdida de peso: un 40,2 % declaró haber perdido entre 1 a 10 kilos o más. Este porcentaje se desglosa de la siguiente manera: un 29,9 % perdió 1 a 5 kilos, un 7,5 % entre 5 a 10 kilos y un 2,8 % dijo haber perdido más de 10 kilos.
Cuarentenas prolongadas
Víctor Araya, el docente que lideró la investigación, explica que la idea era establecer si el coronavirus provocaba un cambio en la autopercepción de la imagen corporal posterior al diagnóstico.
“Lo primero que nos llamó la atención fue que gran parte de la muestra reportó malnutrición por exceso antes del diagnóstico, muy por sobre el promedio habitual en nuestro país. Quizás eso se explique porque la encuesta se aplicó en los peores momentos de la pandemia, cuando teníamos cuarentenas prolongadas y el sedentarismo y la mala alimentación pudieron aumentar. También pensábamos que el bajo peso después de la enfermedad iba a ser mayor. Subió de un 0,9 % a un 5,6 %, pero pensamos que podía sería mucho mayor según antecedentes clínicos reportados. De todos modos, la cifra es una alerta porque estamos hablando que el Covid-19 sí puede llevar a la desnutrición a personas que enfrentaron una enfermedad leve, que en la mayoría de los casos no requirió hospitalización”, aseveró.
¿Por qué se produjo esta baja de peso? El docente de UST Viña del Mar recuerda que estamos hablando de la autopercepción (la interpretación que tenemos en nuestra mente sobre nuestro cuerpo), pero aventura que las razones podrían estar relacionadas con “inapetencia, procesos febriles, dificultad para respirar, todo eso puede conducir a una menor ingesta de alimentos. Además, la enfermedad genera catabolismo, entonces el cuerpo comienza a producir energía a través de sus reservas de grasa y masa muscular”.
Otra pregunta que surge es qué deberían hacer las personas que bajaron de peso a causa de la COVID-19: ¿deben retomar su rutina y sólo esperar que con el paso de los días puedan recuperar su peso habitual? “No se debe esperar que las cosas pasen solas, es necesario intervenir en términos de una rehabilitación metabólica. La pérdida de peso puede sonar bien, pero no puedes perder peso a costa de disminuir tu masa muscular porque es clave para mantener un perfil bioquímico adecuado”, responde Víctor Araya.
“No estamos hablando sólo de peso, sino de parámetros ‘invisibles’ como los lípidos y la glicemia, entre otros. Entonces es necesario cuidar la alimentación, establecer patrones alimentarios, vigilar el aporte de energía, de nutrientes esenciales como los ácidos grasos omega 3 que producen efectos antiinflamatorios, proporcionar una cantidad adecuada de antioxidantes, retomar la actividad física, etcétera. Y todo esto se debe hacer con asesoría, consultando a especialistas. Además, tenemos que recordar que el Covid-19 genera secuelas que recién se están documentando, todavía estamos en terreno desconocido así que con mayor razón hay que ser precavidos”, finalizó el académico.