Un nuevo caso de intento de secuestro se vivió en Quilpué, en el sector de El Belloto, por medio de un servicio de transporte de aplicación. Esta vez le tocó a una joven que a alrededor de las 21.30 horas, cuando procedía a ingresar a uno de estos vehículos, el conductor acelera sin motivo alguno, cuando ella aún ni siquiera cerraba la puerta.
La mujer estaba acompañada de su pareja, quien en rápida reacción logró sacarla del auto del brazo.
«Anoche (de la semana pasada), aproximadamente a las 21.45 horas, pedí un móvil, a través de un servicio de aplicación, con mi pareja, en la plaza Gaspar Cabrales, frente al estadio de El Belloto Sur. Al llegar el conductor (de origen venezolano) mi pareja sube primero que yo al auto a lo que el conductor acelera rápidamente el vehículo en un intento de llevársela», cuenta el joven que no quiso ser identificado por temor a represalias de parte del chofer.
«Gracias a Dios le agarré el brazo y logré bajarla del auto en movimiento. El conductor se dio a la fuga. Posterior a eso, me percaté que la misma aplicación Uber había modificado los datos del chofer (era una camioneta del año, gris oscura)», contó.
Esta misma persona afirma que corrió detrás del vehículo y solo logró divisar los últimos dígitos de la patente. Agregó además que se contactó con Uber, pero que hasta el momento no ha recibido una respuesta satisfactoria: «Me dicen que no pueden hacer nada, que tenga paciencia».
Caso Cherie Galaz
Este caso es similar a lo vivido por Cherie Galaz, a quien intentaron raptarla cuando se dirigía de Quilpué a Viña del Mar. El episodio de este hecho, que fue publicado por La Región Hoy, tuvo repercusión nacional, tanto así que la mujer fue entrevistada en los principales matinales de la televisión chilena.
«La semana pasada pedí un auto por la aplicación Uber, a las 20.30 horas, para trasladarme de manera segura. Al llegar, doy cuenta que la patente del vehículo coincidía con lo que indicaba la App, al igual que la cara del conductor», narró Cherie cuando fue consultada por este intento de rapto.
«Cuando subí al vehículo, el conductor pidió apagar la App para pagarle directamente a él, cosa a la cual me negué por seguridad. Esto le enojó (…) Al seguir el viaje comenzó a escuchar música muy alta y a mandar audios con el teléfono en la mano. Como se veía acelerado, no dije nada. Sin embargo, le pedí que se fuera por el troncal urbano, pero este tomó el Troncal Sur. Después comenzó a gritarme improperios de alto calibre, junto con movimientos de manos acelerados. Le pedí por favor que bajara la velocidad, ya que seguía conduciendo rápido, y eso le molestó aún más», recordó.
Finalmente Cherie Galaz presentó la denuncia en Carabineros y ayer informó a LRH que presentó en la Fiscalía todos los antecedentes que avalan su historia y la de otras mujeres que también vivieron esta «pesadilla», pero que se niegan a ser identificadas por temor a represalias.