Romina Torres, académica de la Facultad de Ingeniería de la Sede UNAB Viña del Mar, participó en la investigación «Femicidio e intento de femicidio antes y durante la pandemia del Covid-19 en Chile».
En el estudio también trabajaron los investigadores Rodrigo Salas y Erika Cantor, de la Universidad de Valparaíso.
«El riesgo de ser una víctima fatal (femicidio) en Chile es mayor cuando la mujer es extranjera, mantiene una relación con un victimario de 40 o más años y es atacada por un arma de fuego. La edad de la víctima no juega un rol relevante, aunque sí se identificó que 2/3 de las víctimas (intentos de femicidios y femicidios) tenían menos de 40 años, similar a reportes internacionales», afirmó Torres.
—¿Donde hubo mayor Índice de Desarrollo Humano (IDH) también hubo mayores intentos de femicidio ?¿Hay alguna hipótesis al respecto?
«El modelo encontró una relación significante entre la COVID-19 (periodo de cierre de las comunas del Plan “Paso a Paso nos cuidamos”) y el IDH. El estudio mostró que a mayor IDH mayor la tasa de femicidio. Tal como dice nuestro estudio y con resultados similares a los descritos por Brasil, se cree que esto podría estar relacionado a que personas que viven en lugares con un mayor IDH tienden a ser más adherente a las restricciones de movilidad o pueden trabajar de manera remota, pero no tenemos datos ni un estudio que estudie dicha hipótesis.
Una de nuestras hipótesis secundarias fue que el número de días que duraba la fase I de cuarentena podía tener una mayor incidencia en la tasa, pero el modelo no mostró evidencia suficiente como para mantener esa hipótesis la cual fue descartada».
—Este estudio sirve para entender el antes y durante la pandemia, pero a partir de él ¿se puede inferir qué ocurrió después?
«Es importante comentar que la motivación para realizar este estudio fue la hipótesis de que la tasa de femicidios e intentos de femicidio podría aumentar durante la cuarentena o fase 1, dado que la víctima y el atacante compartirían por más tiempo el domicilio. Por tanto, se limita ni permite inferir que ocurre después. Son líneas de trabajo futuro».
—Cómo la ley Gabriela influyó en los datos obtenidos en el estudio (esta ley amplió la tipificación de femicidio no solo a pareja, si no a ex pareja, o persona con la que se tuvo relaciones sexuales) ¿Se pudo medir?
«Efectivamente acorde a nuestra ley, se considera femicidio o intento de femicidio cuando el agresor es una pareja actual o ex pareja con quien la víctima tuvo una relación romántica o sexual o cuando la causa o motivación por la cual se realiza el asesinato o intento de asesinato es por el género.
La data fue obtenida del Portal de transparencia de Chile del Servicio Nacional de la Mujer y Equidad de Género mediante la ley de transparencia, donde uno de los datos que incluía era la relación entre la víctima y el agresor la cual se clasifica en esposo, conviviente, pololo, ex pareja y otro. En el periodo de 2014 al 2021, vemos que en el caso de los femicidios casi el 30% (99 mujeres) de los atacantes eran pololos, ex parejas o no tenían ni tuvieron relación sentimental con la víctima de femicidio y en el caso de intentos de femicidio un 34% (309 mujeres), los cuales son casos que pueden ser tipificados como delitos gracias a la Ley Gabriela.
Ahora bien, la ley Gabriela fue implementada en Marzo 2020 al mismo tiempo que el primer caso de COVID 19 fue identificado, por lo que es difícil separar el efecto de la ley del plan de cierre debido al COVID en la incidencia o no de los femicidios e intentos de femicidios».
Estadísticas
—Entiendo que este es un estudio cuantitativo basado en las estadísticas, pero ¿hay algún tipo de hipótesis sobre la edad de los agresores y víctimas; los lugares en que aumentó la tasa de intentos de femicidio como Rapa Nui, Palena y Valdivia?
«La única hipótesis considerada en cuanto a regiones y/o comunas fue el IDH que fue abordado en la pregunta anterior».
—Bajo su criterio y como investigadora ¿hacia dónde deberían estar apuntadas las políticas públicas gracias a la información que entrega este estudio?
«Este estudio revela como los eventos fatales suceden principalmente cuando existen armas de fuego involucradas, lo cual debería ser un insumo para considerar para revisar la regulación actual al respecto.
Existen diversos programas que actualmente está aplicando el SERNAMEG que buscan mitigar la violencia contra la mujer y en caso de ocurrir separar a la víctima del agresor, y creo que en esta última es donde se debe aplicar mayores esfuerzos, dado que víctimas de femicidios tenían denuncias previas. Es importante mencionar que, en el periodo total estudiado, el 33 % de las víctimas de femicidio compartían hijos con sus atacantes, mientras que en el caso de intentos de femicidio el 47,8 %. Esto muestra que el apoyo y las políticas públicas deben orientarse también a programas que se mantengan en el tiempo para dar el apoyo emocional y psicológico que estos niños necesitan.
Otro hallazgo es el riesgo de la mujer extranjera de ser víctima de femicidio en Chile. Países como España o Italia, también revelan cifras importantes respecto de la violencia contra la mujer extranjera en sus países, por lo que también es relevante tomar medidas especiales de ayuda a las mujeres extranjeras en nuestro país».
—En sus propias palabras ¿qué es lo más relevante que arroja este estudio? ¿Por qué es urgente tomar medidas al respecto?
«El estudio respecto de los femicidios estudiados durante el periodo Plan Paso a Paso debido al COVID-19 arrojó que aumentaron aquellos cometidos por personas sin una relación íntima con la víctima; disminuyeron los casos de femicidios con hijos comune; aumentó el porcentaje de casos donde existían denuncias previas; aumentó el porcentaje de agresores arrestados y disminuyó el porcentaje de agresores que se suicidaron.
De todos ellos, creo que lo más relevante es el aumento del porcentaje de casos donde existían denuncias previas y donde realmente es urgente la aplicación de programas que protejan a la mujer y sus hijos del agresor, así como programas que permitan su real rehabilitación que mitigue o erradique la reincidencia o incluso el homicidio».
—Si en lo que vamos del año 2022 llevamos 22 femicidios, ¿se pueden comparar con lo obtenido por el estudio? ¿Es posible sostener que hubo un aumento o disminución? O tal como lo menciona el estudio, ¿se ha mantenido?
«Nuestro estudio no está hecho por años, sino que observa el periodo del Plan Paso a Paso debido a COVID versus antes del COVID. No solo hace un análisis del n sino que de la cantidad de mujeres afectadas sobre 100.000 de ellas en ciertas comunas. Por tanto, es complejo aseverar por la comparación de la cantidad por lo que prefiero pasar. De todos modos, se adjunta información suplementaria donde se muestra el desglose por provincias de las regiones que puede levantar alertas más locales».
—¿Existe una actualización que incluya el 2022 en el estudio que realizaron?
«Justamente ahora esperamos extender el estudio en un año, dado que nuestro análisis fue hasta junio 2021. Ahora bien, no necesariamente es comparable dado que el Plan Paso a Paso cambió».