Miles de personas partidarias a Jair Bolsonaro se concentraron este miércoles frente a las puertas de cuarteles en Sao Paulo, Brasilia y Río de Janeiro, para exigir una «intervención militar» contra la victoria electoral de Luiz Inácio Lula da Silva.
Las concentraciones, en las que los manifestantes proclaman que «autorizan» al presidente a llamar a las Fuerzas Armadas, fueron convocadas a través de las redes sociales por grupos de ultraderecha que apoyan al gobernante y no reconocen la victoria de Lula en las urnas.
En uno de esos bloqueos, en la ciudad paulista de Baruerí, los transportistas se negaban a levantar la protesta, pero fueron reprimidos por la policía con gases lacrimógenos, lo que generó pequeños incidentes, hasta el momento sin víctimas.
La protesta de los choferes, sin embargo,perdió intensidad desde que Bolsonaro terminó de admitir su derrota y determinó que el Gobierno inicie el proceso de transición con el equipo de Lula, lo cual está previsto para este jueves.
Bolsonaro se pronunció sobre el resultado de las elecciones este martes, unas 45 horas después de que el escrutinio oficial sentenció la victoria del líder progresista por un muy estrecho margen de 1,8 puntos porcentuales.
Mientras Bolsonaro estuvo en silencio, sus simpatizantes más ultras iniciaron el movimiento que exige a las Fuerzas Armadas un golpe militar, que «clausure» el Parlamento y la Corte Suprema pero mantenga al actual gobernante en el poder.
No obstante, los golpistas fueron desautorizados por el propio Bolsonaro en su pronunciamiento, pese a que dijo que el «movimiento popular» era «fruto de la indignación y el sentimiento de injusticia por cómo se dio el proceso electoral».
Aún así, Bolsonaro afirmó que «las manifestaciones pacíficas siempre serán bienvenidas», pero reforzó que sus métodos «no pueden ser los de la izquierda, que siempre perjudicaron a la población, como la invasión de propiedades o la destrucción de patrimonio», y subrayó que nadie puede impedir «el derecho de ir y venir».
Fuente: EFE.