En los últimos días se han dado a conocer decenas de casos de mujeres embarazadas contagiadas con Covid-19 en diferentes países del mundo, de los cuales el más emblemático fue el de una británica de 28 años que estaba contagiada y que falleció tras una cesárea.
Asimismo, la semana pasada se supo del deceso en el hospital regional de Rancagua de una madre de 35 años que al mes de dar a luz sufrió una falla multiorgánica derivada de una endometritis postparto, confirmándose más tarde que había dado positivo el examen para detectar el coronavirus que provoca dicha enfermedad.
Aunque hasta ahora no existe evidencia sustantiva sobre el real impacto que tiene el Covid-19 en las mujeres embarazadas, los especialistas recomiendan a estas últimas adoptar todas las medidas necesarias para evitar infectarse y reducir así sus potenciales complicaciones.
Según explica la ginecóloga-obstetra Constanza Couve, docente de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso, si se considera que cada año en Chile se registran unos 200 mil embarazos y que la incidencia de infección por coronavirus en la población gestante bordea el 1% en los pocos estudios publicados, es perfectamente posible proyectar que durante el 2020 unas 2 mil mujeres en estado de gestación contraigan la infección en nuestro país, considerando el comportamiento de la infección en la población embarazada según los mayores estudios publicados a la fecha. “De ese total, unas 1.900 desarrollarían síntomas leves a moderados, ochenta presentarían cuadros graves o severos, veinte serían casos críticos y tal vez uno de estos podría ser mortal”, aclara la doctora Couve.
En efecto, la tasa de mortalidad vinculada al coronavirus causante de la actual pandemia en embarazadas es hasta ahora muy baja, menor al 1%. De hecho, es ínfima si se la compara con la tasa de mortalidad de las gestantes asociada a los coronavirus causantes de pandemias anteriores, como el SARS y al MERS (25% y 28 %, respectivamente).
Pero más allá de estas cifras, lo que en la actualidad más preocupa a esta médico especialista es el hecho de que la mayoría de las embarazadas en Chile presentan comorbilidades o factores de riesgos asociados. Estos predisponen a las embarazadas no solo a contraer la enfermedad sino que también a presentar un cuadro clínico desfavorable y de mayor severidad.
“Hay que considerar que el 25% de ellas son mayores de 35 años -segmento etario en el que se concentran los casos documentados más graves-, al menos un 7% de ellas son hipertensas crónicas, un 10% padece diabetes gestacional, entre dos y tres de cada cuatro presentan sobrepeso u obesidad y entre el 30% y 40% de las mujeres en edad fértil fuma, lo que sin duda son condiciones que perfectamente podrían agravar un eventual cuadro de Covid-19”, advierte la docente de la Escuela de Medicina de la UV.
Comportamiento similar
Pese a lo anterior, la doctora Constanza Couve llama a la calma, ya que la información científica recopilada hasta la fecha indica que las mujeres embarazadas no están más expuesta al contagio de Covid-19 ni corren -necesariamente- un mayor riesgo frente a ésta que la población general.
En tal sentido, la especialista explica que la evidencia sobre los efectos del Covid-19 en este tipo de pacientes está en evolución y que aún no existe información respecto del impacto de este mal en embarazos de primer, segundo trimestre ni a largo plazo.
“Los estudios realizados en tal sentido (uno en Reino Unido, otro en Estados Unidos y uno en China, los principales) revelan que mientras en la población general el 80% desarrolla síntomas leves y moderados, un 15% severos y un 5% críticos, entre las embarazadas el 95% los padece de manera leve, apenas el 4% desarrolla un cuadro severo y requiere de aporte ventilatorio y solo el 1% se verá afectada en forma crítica con desarrollo de falla multiorgánica o shock séptico. Es decir, estamos hablando de un comportamiento muy similar una vez que se desarrolla la enfermedad. De hecho, hasta hoy solo se han confirmado y publicado apenas ocho casos de embarazadas fallecidas a nivel mundial como consecuencia directa del Covid-19, de los cuales la mitad corresponde a mujeres mayores de 35 años, seis de las cuales se encontraban en el tercer trimestre de gestación”, asegura.
Efectos perinatales
Lo que sí es factible adelantar, argumenta la ginecóloga-obstetra de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso, es que esta infección en la embarazada pareciera asociarse a resultados perinatales más adversos. Es decir, contra la salud y la vida del feto y neonato, sobre todo en los casos severos y críticos que se dan en su mayoría iniciado el tercer trimestre de la gestación.
“Una embarazada que presenta Covid-19 tiene mayor riesgo de resultados desfavorables como parto prematuro menor a 37 y a 32 semanas y de ingreso a UCI del recién nacido y riesgo de neumonia neonatal. Además las madres con esta enfermedad, en comparación con madres sanas, tienen mayor tasa de cesárea, ingreso a UCI y necesidad de soporte ventilatorio”.
En consecuencia, la doctora Couve solicita a este grupo poblacional redoblar los cuidados, adoptando las distintas medidas de protección como distanciamiento social, uso de implementos de protección y lavado frecuente de manos.
“La embarazada debe evitar conductas de riesgo y la exposición al virus. Debe mantener un control prenatal adecuado, acudir a sus citaciones, exámenes de laboratorio y ecografías. Cuidar su ganancia de peso, su alimentación y, por supuesto, su bienestar emocional. Por otro lado, las distintas recomendaciones internacionales recomiendan que los servicios de salud deben, pese a las enormes dificultades de la pandemia, mantener las atenciones de este grupo de pacientes, buscando proteger la salud del binomio madre–hijo y prevenir complicaciones del embarazo”, concluye la doctora Couve.