El 18 de octubre de 2019 marcó un punto de inflexión para el comercio del país y de Valparaíso, que desde entonces comenzó una caída en picada de la que no se ha podido recuperar. Independiente de las legítimas demandas que la ciudadanía expresó en las calles, esas instancias también fueron aprovechadas por los vándalos, que de forma solapada llevaron a cabo un sinnúmero de hechos de violencia y delincuencia que mermó el funcionamiento de los establecimientos comerciales de la Ciudad Puerto.
Cuando intentaban sacudirse de los números negativos tras una tibia temporada estival, llegó el Covid-19 para dar el golpe de gracia. Entre el conjunto de establecimientos comerciales afectados, desde la Agrupación de Locales Nocturnos de Valparaíso, su presidente, Raúl Rojas, alza la voz para relatar a La Región Hoy el desamparo en el que – recalca- hoy se encuentran.
– Los actos de violencia y delincuencia ocurridos tras el estallido social fueron el inicio de esta verdadera nube negra que se ha posado sobre el comercio en los últimos siete meses. ¿A cuánto se estima ascendieron las pérdidas económicas producto de aquello?
Desde el estallido social nosotros tuvimos pérdidas casi en un 45%. Nosotros empezamos a bajar nuestras ventas desde el momento del estallido social porque, lamentablemente, todo lo que sucedía en el transcurso de la tarde nos topaba con la apertura de los locales nocturnos, de los pubs. La mayoría de las patentes de alcoholes, las autorizaciones empiezan a funcionar de las 18:00 horas en adelante.
Hay otros que empiezan a funcionar más temprano, que son los restoranes, pero los restobares empiezan a funcionar de las 18:00 horas, según la clasificación de la patente de alcoholes. Entonces, la mayoría nos encontramos, al menos en lo que es Valparaíso, con la problemática que venía el lumpen, saqueaban y armaban barricadas.
– Me imagino que la preocupación era alta además por el constante temor a que sus locales fueran atacados…
Era espantoso el tema de las bombas lacrimógenas y la mayoría de nosotros los comerciantes teníamos que quedarnos encerrados adentro hasta el otro día porque no podíamos salir con el miedo de que nos podía pasar algo, que muchas veces sucedió. Otras veces fuimos nosotros mismos que íbamos a apagar estas barricadas porque muchas veces nos intentaron quemar locales, y recordemos que en Valparaíso quemaron muchos locales comerciales. Entonces estábamos todos con el miedo de abandonar nuestros negocios para que después nos encontráramos con la sorpresa que lo estuvieran quemando. Emocional y económicamente fue muy fuerte para nosotros.
– Después vino el Año Nuevo y la posibilidad de recuperar algo de lo perdido económicamente, pero tampoco resultó como esperaban por los desórdenes ocurridos esa noche. Considerando aquellos resabios de violencia post estallido social y la imposibilidad de trabajar ahora por el Covid-19, ¿han podido acceder a algún tipo de ayuda económica desde el Gobierno?
Lamentablemente, todos nos preparamos e invertimos las últimas lucas que prácticamente teníamos para hacer un buen recibimiento a la gente y lamentablemente un cuarto para la una de la mañana se transformó en un lumpen, en un desorden, en barricadas, en protestas, que lamentablemente tuvimos que cerrar nuevamente el negocio. Y ahí hacia adelante nos topamos con el Covid-19, que ya fue el golpe que nos terminó de matar. Ahí avanzamos en una pérdida en torno a un 70% y ahora llegamos a un 100%, ya que vamos a cumplir tres meses con los negocios cerrados.
No hemos recibido ningún tipo de ayuda, ni por parte del Gobierno, ni por parte de CORFO o de SERCOTEC. No hemos recibido ayuda tampoco por parte de la Alcaldía.
– ¿Cuáles son ahora los principales problemas que enfrentan los locales que aún están intentando sobrevivir para no tener que cerrar sus puertas definitivamente?
Nosotros estamos solicitando, hemos enviado cartas, que nos puedan congelar el pago de las patentes el segundo semestre (…) Resulta que nosotros en este primer semestre de este año se nos negó. A los que tenemos patente de alcoholes, el municipio nos negó que pudiéramos repactar o pudiéramos pagar en cómodas cuotas el primer semestre de las patentes. El municipio nos respondió con una carta que no estaban facultados por ley para dejar sin efecto la patente de alcoholes, que solamente lo podía hacer la administración del Estado, que en este caso sería el Presidente de la República.
Pero, sin ir más lejos, la semana pasada yo tuve una reunión con el ministro Lucas Palacios, en la cual a nosotros nos dijo que el Presidente había otorgado a las Municipalidades del país que sí podían congelar o pagar en cómodas cuotas lo que eran las patentes de alcoholes. Entonces, hay un pinponeo que, lamentablemente, ahora nosotros en junio nos vamos a topar con la segunda cuota y la gente no tiene plata. Hoy día la gente está perdiendo sus locales, están perdiendo su negocio única y exclusivamente porque no hemos tenido ayuda.
Vamos a enviar una carta a La Moneda, dirigida directamente el Presidente de la República, donde la va a recibir él como ministro de Economía (…) Nosotros nos acogimos a esta carta al Presidente para que nos puedan ayudar en el congelamiento del pago de las patentes y en el congelamiento de los arriendos, porque hoy en día los propietarios, los dueños de las propiedades, ya están entrando a juicio para desalojar a la gente por no pago, gente que lleva más de 15 o 20 años con restoranes y los están desalojando. Donde hay una inversión, un esfuerzo, una trayectoria familiar, y lo están perdiendo. Lamentablemente Valparaíso en este momento está en el suelo.
-¿Como representante de los locales nocturnos, se sienten en desventaja en comparación con los establecimientos diurnos a la hora de acceder a ayudas desde el Ejecutivo para enfrentar la crisis económica como consecuencia de la pandemia?
Por supuesto que sí, nosotros nos sentimos discriminados. Estos famosos créditos FOGAPE, que salieron en su oportunidad cuando el Presidente anunció que era una ayuda para las Pymes, para los pequeños y medianos empresarios, en ningún momento se leyó la letra chica. A las Pymes de este rubro del comercio nos cerraron las puertas, ni a los pubs, ni a los restoranes, restoranes, ni centros de eventos ni discotecas les están dando créditos.
Nos hemos sentido discriminados, una porque nos dejaron de lado a nosotros, y otra porque el colegio local diurno ha subido la incrementación económica en un porcentaje que antes no se veía. La gente en vez de hacer la fila en el supermercado, prefiere comprar en el comercio local. No es malo, encontramos que es bueno que se active el comercio local, pero resulta que las ayudas como CORFO o SERCOTEC se lo están dando a las panaderías, a la fiambrerías, si a ellos les está yendo bien, ¿y qué pasa con nosotros?
– Por último, considerando solo a los locales nocturnos de Valparaíso, ¿cuántas personas han quedado sin trabajo hasta ahora, que se van a cumplir tres meses del arribo del Covid-19 a Chile?
En este momento hay una cesantía enorme. Por ejemplo, en un sector como subida Ecuador de Valparaíso, que es un sector bohemio del año 90, están todos los negocios cerrados. Los locales nocturnos en Valparaíso son 144. En este momento, en locales emblemáticos, ha cerrado El Huevo de Valparaíso, la Locomotora de Valparaíso, el restobar Agua Luna de Valparaíso. Ha cerrado Doña Carmen, que es uno de los restoranes antiguos de Valparaíso también. En el Barrio Puerto hay un porcentaje de un 15% que también cerraron sus puertas y que no las van a poder abrir.
En los locales nocturnos son cerca de siete mil personas las que han quedado cesantes. A la mayoría de los locatarios les ha pasado que empezaron a finiquitar gente porque en la semana no podíamos abrir. Llegábamos todos preparados y teníamos que pagarle a la gente igual, aunque tuviéramos las cortinas cerradas. Entonces nos vimos en la obligación que tuvimos que empezar a despedir gente por lo mismo.
Actualmente estamos perdiendo la esperanza porque no hemos recibido ningún tipo de ayuda. Ahora dependemos de esa carta (al Presidente) para que las autoridades tomen conciencia de lo que estamos pasando.