Un megaterremoto en la zona central, que podría generar un tsunami de grandes proporciones. Los terremotos sobre 8 ocurren en promedio cada 80 años, pero los grandes ocurren, en promedio, entre 200 y 600 años. En la zona central, ya han pasado 293 desde el último gran terremoto.
«Si nosotros vemos que se está acumulando mucho y que no ha habido un gran terremoto hace 300 años, entonces decimos esto es lo que se llama una laguna sísmica, aquí hay potencial para que se genere un gran terremoto», explicó Daniel Melnick, académico de la Universidad Austral.
En ese sentido, aseguró que actualmente este fenómeno «puede ocurrir mañana o puede ocurrir en 50 años más».
En 2010, ya se liberó energía en el sur, lo mismo en el norte en el año 2015, por lo que sólo falta en la zona central entre Illapel y San Antonio.
Alejandra Gubler, investigadora del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (Cigiden), expuso que «ha habido otros terremotos que han liberado energía, pero en las zonas profundas y faltaría que se libere en las zonas poco profundas, que son justamente las que están debajo del océano, que se levantarían y podrían generar un tsunami muy grande».
El año 2012, el SHOA actualizó las cartas de inundación, considerando un escenario donde se produzca un terremoto de 9 de magnitud o superior. Frente a este eventual fenómeno, en la comuna de Valparaíso, el mar entraría hasta la avenida Pedro Montt, llegando, incluso, hasta la sede del Congreso.
Según las modelaciones hechas por Cigiden, en el peor escenario el agua podría llegar a la ciudad de Valparaíso entre 10 y 15 minutos después del movimiento telúrico.
En Viña del Mar la profundidad de la inundación superaría los seis metros en el borde costero, aunque la zona impactada sería mucho más amplia. El agua llegaría más allá del Sporting.
Alejandra Gubler expuso que «las simulaciones que realizamos nos dicen que acá en el borde costero el tsunami podría llegar aproximadamente en 13 minutos y comenzar a inundar a Viña entre 13 a 20 minutos, llegando hasta avenida Libertad».
El investigador y académico Jorge León afirmó que, teniendo en cuenta las dificultades, «habría que empezar a evaluar la posibilidad de evacuar verticalmente», es decir, en edificios de altura.
«La recomendación de Senapred es que sean al menos ocho pisos», indicó, aclarando que «sabemos muy poco cuáles edificios podrían ser aptos para servir como refugio de evacuación vertical».
Fuente: Meganoticias.