Manu Pardo, estudiante de Ingeniería Civil Física y cofundador del emprendimiento Octa AeroSpace, encabezará el despliegue de un CanSat junto a un equipo de alumnos que el mismo ha convocado.
Un verdadero hito para la historia aeroespacial de Chile es lo que promete un grupo de estudiantes de la Universidad Técnica Federico Santa María, responsable del desarrollo y lanzamiento del primer CanSat en el país, que podría llegar a la estratósfera. Así lo relata Manu Pardo, alumno de Ingeniería Civil Física en el Campus Casa Central Valparaíso quien lidera este proyecto que espera concretarse el próximo 25 de septiembre.
Al alero de su propio emprendimiento, la empresa Octa AeroSpace fundada en 2021 y dedicada a desarrollar soluciones tecnológicas para la educación espacial y a diseñar y fabricar componentes para nanosatélites, el sansano reunió a otros alumnos con el objetivo de desplegar este proyecto científico.
“Queremos que otros alumnos, tanto dentro como fuera de la universidad, se motiven a experimentar y proponer proyectos de este tipo”, sostiene Pardo, ganador de la beca Astronauta Al Worden Endeavour y destacado recientemente como uno de los 100 Jóvenes líderes de Chile”.
Esta iniciativa, cuenta, se viene pensando y diseñando desde hace ya bastante tiempo pero que, hasta ahora, no había pasado de ser solo un proyecto. “Hemos armado distintos prototipos de dispositivos durante los últimos años y siempre quisimos lanzar uno a la estratósfera, tanto por motivos científicos como por el fijarnos una meta clara”, explica y destaca la colaboración en el proceso del Grupo Sansano de Cohetería (GSDC), quienes han aportado con el desarrollo de los softwares que permitirán el monitoreo y recolección de datos generados durante la navegación del CanSat que se pretende elevar a más de 20 kilómetros de altura.
¿Qué es un CanSat?
Se trata de un dispositivo que funciona como un análogo a un nanosatélite, comenta el estudiante de la USM, explicando que el nombre proviene de las palabras en inglés “can” (“tarro”) y “sat” (diminutivo de “satélite), producto del tamaño acotado del artefacto que no es mayor al de una lata de bebida. Dentro del dispositivo es donde se encuentran los componentes que elabora Octa Aerospace que sirven para recopilar distintos datos, como la presión, humedad, altura y que incluso, puede captar fotografías que se envían mediante señales inalámbricas a un software de monitoreo que será manejado por el equipo de tripulación a distancia desde el emplazamiento sansano.
El despegue
El lanzamiento del CanSat está programado para el próximo 25 de septiembre en el Edificio Bari del Campus Casa Central Valparaíso. Previamente, a las 12:30 hrs. habrá una ceremonia privada que presidirá el rector Juan Yuz y a la que se ha invitado a la ministra de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Aisén Etcheverry, así como a oficiales de la Fuerza Aérea de Chile, y a otras autoridades universitarias. Tras ella se procederá a la elevación del CanSat, que será impulsado por un globo con helio y que recogerá los datos durante su trayectoria hasta la estratósfera. Una vez alcanzada su máxima altitud, el globo explotará dejando caer el dispositivo en caída libre.
La cápsula, explica Manu, descenderá en caída libre a una velocidad de 150 kilómetros por hora. Sin embargo y para evitar cualquier tipo de daños a terceros, aclara que el CanSat “porta dos paracaídas: uno secundario, pequeño, que siempre está abierto y funciona más como un estabilizador, y uno primario, grande que se despliega cuando el satélite se encuentra a una distancia de tres kilómetros de altura, y reduce la velocidad de caída a cuatro metros por segundo”. De esta manera, agrega el joven científico, es posible rastrearlo y recuperarlo.
Aunque se trata de un proyecto “lowcost”, Manu Pardo explica que los costos asociados serán financiados por la Embajada de los Estados Unidos en Chile como parte de la conmemoración de los 200 años de relaciones bilaterales entre nuestro país y la nación norteamericana. “La embajada estadounidense tiene un historial de respaldo a proyectos STEM”, asegura Pardo.