En los últimos años, Chile ha emprendido un proceso de ajuste en su economía a fin de abordar desequilibrios macroeconómicos acumulados a lo largo del tiempo. A pesar de los progresos alcanzados, persisten desafíos críticos que requieren una atención focalizada.
Nuestro país ha logrado significativos avances en la resolución de los desequilibrios macroeconómicos que habían perdurado durante años. Esto se refleja en el ajuste de la demanda interna y la disminución de la inflación, a pesar de que esta última se mantiene por encima de la meta establecida. Para asegurar un crecimiento económico sostenido, es esencial acelerar la economía, especialmente considerando que, en los seis años previos a la pandemia, el crecimiento promedio fue del 2%.
Es clave considerar que el crecimiento económico sostenido depende en gran medida del incremento de la productividad, que ha experimentado un declive durante décadas. Esto es fundamental para la generación de empleos formales y bien remunerados, así como para la diversificación de las exportaciones. Para lograrlo, es necesario abordar obstáculos regulatorios, impulsar la adopción de tecnología, promover la competencia, mejorar la calidad de la educación y las habilidades de gestión, y fomentar la participación laboral femenina.
Ahora bien, si revisamos las cifras, durante el primer semestre de 2023, el PIB real de Chile experimentó una contracción del 1%, principalmente atribuida a los efectos rezagados de las medidas fiscales y monetarias adoptadas en 2022, posterior al gasto extraordinario de 2021. Asimismo, la tasa de desempleo aumentó, y, aunque la participación laboral femenina ha crecido, aún no ha alcanzado los niveles previos a la pandemia. La pobreza se redujo del 8,0% en 2020 al 4,8% en 2022, y la desigualdad de ingresos, medida por el coeficiente de Gini, alcanzó el 0,43 en 2022. Sin embargo, existen privaciones en aspectos no monetarios, como la atención sanitaria y la seguridad social, que aumentaron en comparación con 2020.
Las proyecciones indican que el PIB real de Chile se contraerá un 0,4% en 2023, pero se espera un retorno a una tasa de crecimiento tendencial del 2% a medio plazo. Sin embargo, se prevé un aumento de la pobreza, con un estimado de 5,2% en 2023, mientras que el coeficiente de Gini se mantendrá en 0,43. El desafío de Chile radica en lograr un crecimiento inclusivo y abordar las desigualdades no monetarias en un entorno económico global en constante evolución.
Carolina Erices, Departamento de Ingeniería Comercial de la Universidad Técnica Federico Santa María.