Frente a los innumerables incendios forestales registrados en el último tiempo en nuestro país, surge la interrogante de cómo las personas afectadas pueden sobrellevar y superar el golpe emocional que esta clase de hechos involucra.
De acuerdo a la psicóloga de Clínica Colonial, María José Ossa, este tipo de tragedias puede generar estrés post traumático con aumento de la ansiedad manifestada como miedo, crisis de angustia y/o de pánico, aislamiento social y depresión, entre otras.
“Es importante poder conversar sobre el tema, expresando las emociones desencadenadas por la tragedia. El apoyo profesional y de redes cercanas resultan fundamentales, así como permitirse sentir cada una de las emociones pertenecientes al proceso de internalización del suceso”, comenta la profesional.
Respecto a las etapas emocionales típicas que las personas experimentan después de una catástrofe, la especialista manifiesta que son parecidas a las vividas en un duelo. Es decir, estado de shock, negación, rabia, tristeza, y progresivamente se avanza hacia la negociación interna con la realidad hasta lograr la aceptación.
“Si el impacto de estas situaciones no es manejado adecuadamente, se puede prolongar un estado ansioso y/o depresivo que comienza a afectar otras áreas de la vida del individuo. Por eso se hace tan importante el apoyo psicológico y, en algunos casos, psiquiátrico”, asevera.
Salud mental y resiliencia psicológica
María José Ossa sostiene que en estos casos los profesionales de la salud mental pueden apoyar a las personas afectadas por una catástrofe, principalmente, entregando contención frente a su manera única e irrepetible de vivenciar el proceso, dando espacio a cada una de las manifestaciones emocionales que requieran canalizar, para progresivamente ayudarlas a re estructurarse y adaptarse y lograr progresivamente la estabilidad interior.
Asimismo, destaca el concepto de resiliencia como la capacidad del individuo de adaptarse adecuadamente a la adversidad, a un trauma, tragedia, amenaza, o fuentes de tensión significativas.
“Se trata de una capacidad muy útil, pero puede ser arma de doble filo, ya que la persona resiliente tiene la capacidad de afrontar dificultades con mayor claridad y ser más resolutivo frente al caos, pero muchas veces implica bloquear emociones que requieren ser reconocidas y gestionadas para no generar una bola de nieve que a la larga podría generar peores consecuencias psíquicas y emocionales. En consecuencia, es importante ayudar a las víctimas a lograr el equilibrio entre permitirse reconocer y gestionar sus emociones, y al mismo tiempo seguir luchando de manera más segura”, afirma.
Estrés postraumático y red de apoyo
Con relación al Estrés Postraumático, la psicóloga de Clínica Colonial menciona que este cuadro puede presentarse de diferentes maneras. Las más comunes se relacionan con trastornos ansiosos, depresiones, crisis de pánico y trastorno del sueño; insomnio de conciliación, despertar precoz, sueño no reparador y, usualmente, pueden presentarse pesadillas que reviven estas experiencias traumáticas. Agrega que el tratamiento para ello implica, en primera instancia, primeros auxilios psicológicos con profesionales preparados y certificados para brindar la ayuda, y posteriormente psicoterapia con profesionales de salud mental especializados en el manejo de estrés post traumático, y en muchos casos se necesitará el apoyo psiquiátrico a través de tratamiento farmacológico.
A la vez, resalta que frente a cualquier catástrofe el apoyo de las redes cercanas y sociales es fundamental dado que entregan un espacio de contención y asistencia, evitando la sensación de constante vulnerabilidad y temor.
“Sin embargo, es importante considerar que cada individuo tiene sus tiempos y formas de afrontar estos eventos y es normal que algunos requieren más espacio a solas o con sus seres de mayor confianza, para poder decantar la situación de la mejor manera posible, antes de intentar la psicoterapia y posterior reinserción al mundo social. Así sea en grupos de apoyo social o instancias psicoterapéuticas”, advierte.
Sobre cómo se puede fomentar la autoestima y la autoeficacia psicológica en aquellos individuos que han experimentado una catástrofe, la profesional expresa que se debe dar un paso a la vez, pues se necesita internalizar y elaborar lo experimentado, las sensaciones y temores, trabajar los traumas, y progresivamente comenzar a retomar las actividades diarias que permitan ayudar a la reconstrucción de una vida más estable y funcional.
“Todo requiere su tiempo y trabajo personal, sin olvidar que cada uno de nosotros tiene maneras distintas de enfrentar estos eventos, así como un tiempo de recuperación propio. En este sentido, es importante respetar lo anterior apoyando a las personas afectadas en la medida que para ellas sea posible”, puntualiza la psicóloga de Clínica Colonial.