Estudiantes de la carrera de Ingeniería en Transporte de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, realizaron un trabajo en terreno en el eje de las avenidas Brasil y Errázuriz.
Obstáculos para el libre tránsito de peatones y personas con movilidad limitada y dificultades para el acceso y uso de microbuses y el metro, fueron detectados en un informe realizado por estudiantes de la carrera de Ingeniería en Transportes de la PUCV, en el marco de las actividades que realizan en la asignatura optativa “Proyecto de Movilidad Urbana”.
El trabajo se enfocó particularmente en observar y experimentar el estado y mantenimiento de la infraestructura para peatones y personas con movilidad reducida. Para ello, los jóvenes recorrieron los ejes de las avenidas Brasil y Errázuriz en Valparaíso, utilizando implementos y accesorios como silla de ruedas (asistida y eléctrica), muletas, andadores, bota ortopédica y bastón guiador para discapacidad visual. Además, portaron instrumentos de medición para el análisis de variables físicas y operacionales como el diseño de soleras, pasos peatonales, localización de señalética, flujos y tiempos de desplazamiento.
Para caracterizar el sector, usaron un plano del área de influencia en torno a la Estación de Metro Francia e infraestructura y equipamiento aledaño como universidades, centros de salud y áreas verdes, y sobre él ubicaron simbologías (puntos, líneas y polígonos) de aquellas zonas de interés o conflictos para usuarios con movilidad limitada.
El estudio, que también se desarrolló como parte de las experimentaciones del proyecto Fondef “Control de Flujos de Pasajeros para el Análisis del Nivel de Servicio en Estaciones de Metro (PASE)”, estuvo a cargo del académico Sebastián Seriani y del investigador asociado Bernardo Arredondo.
“El objetivo de la actividad era poder acercar a los estudiantes a metodologías y herramientas para el levantamiento de datos a escala usuario (peatón) con la finalidad de aterrizar teoría y conceptualización en torno a la movilidad urbana, así también cambiar la dinámica de transferencia de conocimientos en el aula, llevándolo a la experiencia práctica del trabajo de campo”, detalló Bernardo Arredondo.
Arredondo señaló que “estos son desafíos en cuanto al diseño de proyectos de movilidad urbana a los que se verán enfrentados el día de mañana como profesionales y que por medio de este tipo de herramientas podrán afrontar con mayor responsabilidad y conciencia inclusiva a partir de experimentación realizada”, y concluyó que “como Laboratorio de Movilidad y Transporte PUCV asumimos el compromiso con la comunidad estudiantil y así también con las porteñas y porteños de seguir colaborando e instruyendo a nuestros futuros ingenieros a contribuir con un desarrollo urbano inclusivo y pensado en los diferentes tipos de usuarios del transporte regional y nacional”.
Por su parte el académico Sebastián Seriani indicó que el estudio “corrobora la necesidad de efectuar diseños universales que integren rutas accesibles para la población. Nuestros estudiantes tienen los conocimientos para transformar las condiciones actuales y entablar nuevos estándares para crear rutas accesibles”.