El linfoma es un tipo de cáncer a la sangre que está compuesto por linfocitos ubicados en los ganglios linfáticos, aunque también puede estar presente en cualquier tipo de órgano distribuido en todo el cuerpo. Si bien existen cerca de 40 subtipos de esta patología, los principales son los linfomas no Hodgkin.
Sus síntomas se caracterizan por un aumento de tamaño de los ganglios situados en el cuello, axilas e ingle. “Este aumento de volumen es persistente, habitualmente no duelen y van creciendo a lo largo del tiempo. Sin embargo, es importante decir que no todos los ganglios que están aumentados de tamaño van a corresponder a un linfoma”, explica el Dr. Raimundo Gazitúa, subdirector médico de Hematología de Fundación Arturo López Pérez (FALP).
La principal manifestación de la enfermedad es una adenopatía, es decir, el aumento de volumen de un ganglio en la zona cervical, axilar, supraclavicular o inguinal, que presenta las siguientes características:
● Persiste por más de un mes.
● No se mueve a la palpación.
● Es indoloro.
● De consistencia dura.
● Por lo general, mide más de 2 cm.
También puede haber fiebre, sudoración o baja de peso. De todas formas, existen ganglios que aumentan de dimensión por un período breve de tiempo que son inofensivos. Se trata de ganglios más pequeños, que habitualmente miden menos de 2 centímetros, tienden a ser más dolorosos y a desaparecer una vez que se resuelve la infección que los genera.
Exámenes de diagnóstico de linfoma
Cuando se sospecha la presencia de un linfoma, se realizan exámenes de imágenes como un escáner o un PET scan. Además, se toman exámenes generales de laboratorio, como hemograma, perfil bioquímico y perfil hepático. El método diagnóstico es la biopsia excisional, es decir, la extirpación quirúrgica del ganglio completo para su análisis en anatomía patológica. “Junto con el análisis al microscopio, contamos con estudios complementarios que se llaman inmunohistoquímica, que nos permiten precisar con bastante especificidad el diagnóstico del tipo particular de linfoma y, a su vez, diferenciarlo de otros cánceres”, agrega el especialista.
Tratamiento de linfoma Los tratamientos del linfoma implican un enfoque multidisciplinario, en el cual se puede combinar quimioterapia, radioterapia e inmunoterapia o, en algunos casos, realizar un trasplante de progenitores. En FALP, además de las terapias tradicionales, se cuenta con múltiples estudios clínicos en distintas etapas de la enfermedad, con los que se puede dar acceso a terapias de última generación.
“En el tratamiento del linfoma es muy importante el diagnóstico oportuno. Ganar tiempo al principio, con todos los elementos diagnósticos necesarios, es fundamental para posteriormente realizar el tratamiento de la mejor manera y lograr una mayor sobrevida”, concluye el Dr. Raimundo Gazitúa.
Realidad chilena
El 15 de septiembre de cada año se conmemora el Día Mundial del Linfoma, una enfermedad hemato-oncológica que en Chile fue la causa de muerte de 753 personas por linfoma no Hodgkin y 86 por linfoma de Hodgkin durante el año 2022, de acuerdo con proyecciones del Observatorio Global del Cáncer (Globocan).