En marzo de 2023 se promulgó en Chile la ley 21.545, conocida como Ley TEA, para asegurar la inclusión de las personas con la condición del Espectro Autista buscando impactar en la mejora de su calidad de vida y la de sus familias. Esta iniciativa es señal del interés que existe en nuestro país por avanzar en materia de inclusión e igualdad de oportunidades, sin embargo, si bien su implementación revela logros importantes, aún se observan desafíos que deben ser abordados para asegurar su efectividad.
Contar, por ejemplo, con mecanismos que favorezcan un diagnóstico temprano, permite una toma de decisiones oportuna que lleven a tratamientos adecuados, favoreciendo así el desarrollo y bienestar.
Ahora bien, para que la implementación de esta ley logre el impacto que persigue, se contempla el perfeccionamiento de profesionales y funcionarios, de manera de asegurar un efectivo ejercicio de derechos por parte de la población con la condición del espectro autista (CEA). Esta iniciativa resulta esencial para reducir las brechas en cuanto a oportunidades de participación en diversos ámbitos de la vida cotidiana.
Salud, educación y trabajo son aspectos en los que la ley 21.545 debiera estar generando un impacto positivo en la calidad de vida de las personas con CEA. Pero su implementación requiere de un serio compromiso por parte de diferentes sectores- público, privado, sociedad civil- para así, asegurar una verdadera inclusión.
La falta de recursos asociado a capacitación de los profesionales de estas áreas, sumado a la desinformación y los sesgos que persisten respecto de las personas con esta condición, mantienen las barreras que obstaculizan la inclusión de este colectivo en las distintas esferas de participación social.