El domingo 15 de marzo, el Ministerio de Educación informó de la suspensión de clases en gran parte del territorio nacional debido a los riesgos que conllevaba para la salud la alta contagiosidad de la nueva cepa de coronavirus que ha provocado una pandemia que se ha extendido por el mundo desde inicios del 2020.
Desde entonces, Chile ha visto varios anuncios de pronto retorno a los establecimientos educacionales. El más reciente fue solo esta semana por parte del ministro de Educación, Raúl Figueroa, quien señaló que es importante ir considerando el que los escolares vuelvan a sus actividades presenciales.
“Donde se pueda y cuando se pueda, es bueno que se vaya generando la apertura de establmecimientos“, señaló en entrevista con un noticiario de televisión, para luego citar la experiencia francesa donde “se volvió a clases solo faltando dos semanas para cerrar el año, porque toda experiencia escolar es relevante”.
Este asunto fue analizado por la diputada Camila Rojas, quien hasta esta semana presidió la Comisión de Educación de la Cámara Baja.
La parlamentaria de Comunes señaló que en materia de la vuelta presencial de los niños hay dos extremos: uno que dice no volvamos nunca a clases y otro que es volvamos mañana mismo, sin ninguna diferencia a como era antes.
“Esas posiciones no tienen sentido, son caricaturas en esta escena porque el tema es delicado. Volver a clases significa exposición en medio de una situación pandémica compleja. Estamos de acuerdo en que hay que volver en algún momento, porque el colegio debe volver a ser el espacio que reciba a los niños y niñas, que no solo entrega contenidos y aprendizajes, sino que hay otros procesos relevantes de socialización. Además los colegios cumplen labores de cuidado, de alimentación, hay un rol social muy importante de la escuela, pero también sabemos que el que vuelvan los niños demasiado pronto es muy arriesgado en la gran mayoría, porque si bien hay zonas donde se ha vuelto como Isla de Pascua o Puerto Ibáñez, éstas son muy distintas de la realidad de la mayoría de Chile porque no habían tenido contagio en varios meses y por lo tanto se daban las condiciones, y también porque las comunidades y alcaldes estaban de acuerdo. Pero la realidad de la mayoría de Chile no es esa, los contagios, luego de terminadas las cuarentenas, han vuelto a aumentar y volver a clases en esas condiciones no tiene sentido alguno. No están las condiciones epidemiológicas ni sanitarias y hay mucha incertidumbre de parte de los apoderados de mandar a sus hijos al colegio. Cuando han sido consultados, los apoderados dicen en su mayoría que se va a quedar con sus hijos en casa porque prefieren la seguridad de sus hogares”, señaló la legisladora.
En cuanto a lo que se necesita para iniciar un proceso de retorno gradual, la representante del Distrito Nº 7 manifestó que el Ministerio de Educación debe generar confianza hacia los apoderados y evitar el seguir con posiciones duras y obtusas que generan rechazo en los padres, apoderados y la comunidad educativa en general.
Respecto a las colateralidades que conlleva la no asistencia a los colegios en materia de salud mental, tanto de niños, niñas y adolescentes como de los padres y apoderados, la falta de socialización y también la sobrecarga de trabajo de las mujeres y cómo todo eso afecta en los aprendizajes, la diputada señaló que es necesario asumir que este año no es normal y que no se tendrán los mismos resultados que si lo fuera.
“Es primordial asumir que vivimos en un país que tiene realidades muy distintas. Hay diferencias en las distintas comunas y también hay segregación, por ende, no se puede pensar en una realidad común. Se han hecho esfuerzos relevantes en la entrega de cajas, con todas las críticas que eso ha traído, pero hay que reconocer un trabajo importante de la Junaeb en términos de poder hacer llegar alimentación a estudiantes que tenían el beneficio en los colegios y que una vez que se cancelaron las clases presenciales esto pudo haberse detenido, sin embargo se mantuvo”.
“El criterio más importante, a la hora de decidir esto, es la flexibilidad de parte del Ministerio porque si en algunos lugares se empieza a abrir los colegios es fundamental que haya protocolos. También debe haber flexibilidad en cuanto a si se va todos los días o no y en cómo funciona el financiamiento, que hasta ahora se basa en la asistencia de los niños a los colegios y escuelas. La información y decisiones conjuntas son importantes para generar confianzas y seguridad, y eso hoy no está”.
La administradora pública, egresada de la Escuela de Gobierno y Gestión Pública de la Universidad de Chile, criticó la postura confrontacional que ha tomado el Ministerio de Educación y las autoridades que no han incluido a las comunidades en la toma de decisiones.
“Es fundamental la adaptación en este proceso tanto en los hogares como en el Ministerio y creo que parte de esa adaptación es la flexibilidad y la generación de confianzas, cuando el ministro está en posición confrontacional no sirve para dar seguridad y explicar bien sus puntos. Hay que pensar en las comunidades educativas y que haya allí procesos de decisión. Hoy no están las condiciones, pero hay que trabajar en ese retorno de manera democrática“.
“Recordemos que el ministro Mañalich no estaba de acuerdo con las suspensiones y defendieron la mantención de las clases de manera muy obtusa y sin conciliar otros aspectos. Eso genera desconfianzas y horada relaciones y creo que hay que cambiar el rumbo de parte del Ministerio y ser más flexibles. Estamos de acuerdo que las clases presenciales son relevantes y que hay procesos de aprendizaje que no solo son de los contenidos, pues hay una riqueza en compartir, en socializar que es muy relevante”, agregó la diputada.
Finalmente, la congresista reflexionó sobre las consecuencias que ha traído la pandemia en materia de los hogares con niños, niñas y adolescentes en edad escolar y cómo debe existir un tratamiento diferenciado dependiendo de los efectos sufridos por los NNA. “Esos temas hay que tratarlos con la sensibilidad que merece: hay gente que ha muerto por el COVID-19, gente que ha quedado sin trabajo, y en las familias, a raíz de la suspensión de clases, se desordenaron muchas rutinas. No se puede funcionar bajo la misma dinámica de simplemente dar anuncios sin más, porque hay una situación compleja ocurriendo. Hay que tener una disposición distinta en ese sentido, de mayor entendimiento por lo que plantear el tema de la vuelta a clases así sin más, intentando fijar un momento determinado para eso es complicado en las circunstancias actuales”, concluyó.
(Fuente: Radio Universidad de Chile).