ENTREVISTA
Por Lucas Chaparro
Desde el 13 de junio hasta el 9 de septiembre, la Región de Valparaíso acoge un hito museográfico sin precedentes: la exposición «Roberto Matta: Del Trazo al Objeto». Por primera vez, cinco emblemáticos espacios culturales —Sala Viña del Mar, Palacio Museo Vergara, Museo Artequin Viña del Mar, Palacio Rioja y Delegación Municipal de Reñaca— se unen para rendir homenaje al visionario surrealista latinoamericano. Con entrada liberada, la muestra invita al público a explorar la audacia creativa de Matta a través de un recorrido integrado, complementado con talleres prácticos gratuitos que profundizan en su legado artístico.
Al frente de esta ambiciosa curaduría está Justo Pastor Mellado, reconocido crítico e historiador del arte, quien en su rol de curador general propone un recorrido inédito por la obra menos conocida de Roberto Matta. Grabados, piezas en arcilla y dibujos se articulan en esta muestra para dialogar con la identidad cultural de la región, revelando cómo el trazo del artista se transforma en volumen y objeto.
¿Qué motivó la elección del título?
– La existencia de colecciones locales en las que predominaban el grabado y las piezas en arcilla. Se ha trabajado a partir de colecciones existentes en la región. En el grabado predomina el trazo: es el momento original de la obra. El color proporciona una corporalidad añadida. Luego, la arcilla permite el modelado, donde el trazo se convierte en volumen. Es como seguir dibujando, pero en arcilla, trasladándose para configurar el objeto cerámico.
¿Que inspiró el enfoque en la producción “menos difundida” de Matta?
– Mi preocupación formal por el grabado, primero, y luego, el valor formal del concepto de edición, en Matta. Pero también, por el hecho que lo hacemos desde Viña del Mar, que es una ciudad de tradición de grabado. De modo que había motivos formales y patrimoniales, si se quiere. Lo que se descubre es que la obra “menos difundida”, resulta, en verdad, la “más difundida”.
¿Cómo se distribuyeron las obras en los cincos espacios expositivos y que lógica curatorial guió esta decisión?
– En función de las características de cada emplazamiento. Por ejemplo: En el Palacio Vergara reuní obras que abordaban la relación de Matta con la literatura. El contexto del museo, con su colección, se prestaba para eso. En el Palacio Rioja, la sala era más adecuada para piezas editoriales vinculadas a libros y ediciones complejas de grabado. La Sala de la Corporación, más neutra, albergó aguafuertes de su obra entre 1943 y 1956. En la Delegación de Reñaca concentré una selección de dibujos. En verdad, es la única ocasión en que expuse dibujos y no grabados. Me importaba mostrar el origen del trazo, aunque fuera obra de los setenta, en su mayoría. Finalmente, en Artequin Viña del Mar incluí dos obras pensadas para favorecer la mediación con público infantil.
¿Cómo evalúa el legado de Matta en la escena artística contemporánea chilena e internacional?
– Esto se explica por el título: “Del Trazo al Objeto”. La obra de Matta plantea la cuestión del origen del trazo gráfico, de la huella gráfica básica, que se convierte en una trama narrativa que define la presencia constitutiva del arte de los indios americanos, desde la Columbia británica hasta las estelas mayas, pasando por los petroglifos andinos y las escrituras de Rapa-Nui. La noción de objeto se expande, trascendiendo la arcilla para convertirse en programa analítico centrado en el “objeto de la pintura” de Matta, sustentado en la naturaleza del trazo gráfico. Las generaciones actuales deben aprender a leer este legado. Espero que esta exposición contribuya a dicha lectura.