¿Sabía usted que abejas, polillas, moscas, escarabajos, hormigas, lagartijas y ratones tienen más en común de lo que creemos? Los une ser vectores de polinización. Al contar con una estructura orgánica específica, algunos se alimentan de flores particulares, otros se refugian en ellas o las utilizan como sitios de apareamiento o de termorregulación, lo que ayuda a trasladar el polen de un ejemplar a otro. Con ello, permiten la reproducción de muchos de los alimentos que consumimos.
De este modo, las chirimoyas llegan a nuestra mesa gracias a la acción polinizadora de escarabajos y hormigas; los pimentones, gracias a la mosca Eristalis tenax, que es muy parecida a una abeja; y las frutillas en la región del Maule, son visitadas ampliamente por una abeja nativa de la familia Andrenidae, que es estudiada por el académico de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), Jorge Zamorano Miranda.
Así lo expuso el especialista en ciencias silvoagropecuarias y veterinarias de la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas de la UPLA, en el seminario “¿Cómo se reproduce nuestra comida? El secreto de las frutas y verduras”, organizado por la institución.
En la oportunidad, Zamorano explicó que, dentro del grupo de los insectos, las abejas de miel son uno de los principales organismos polinizadores, porque son domesticables, pero fue enfático en aclarar la dependencia de nuestra alimentación frente a su existencia, que está bajo amenaza por la reducción de biodiversidad en el planeta.
“Las abejas melíferas son importantes, pero la pregunta es ¿dependemos necesariamente de la abeja de miel para nuestra alimentación? La respuesta es definitivamente no. La abeja de miel no es la única abeja ni el único polinizador, es solo una especie más. En los últimos 10 años se ha determinado cómo los organismos nativos, es decir que son propios de la biodiversidad donde están instalados los sitios agrícolas, también están cumpliendo un rol quizás más importante en algunos casos que la misma abeja de miel, con lo que estamos girando la mirada clásica de que todo lo poliniza la abeja de miel”, dijo.
Como dato, el investigador precisó que en el grupo de las abejas existen 20 mil especies descritas en el planeta, por lo que la abeja de miel es una más dentro de esa gran diversidad. En Chile, al año 2010, se registraron 460 especies.
Crisis por cambio de uso de suelo
Los principales grupos de nuestros alimentos -aseveró Zamorano- provienen de plantas con flores que requieren de los polinizadores para su reproducción, por lo que dependemos fuertemente no solamente de abejas, sino también de abejorros, moscas, mariposas, polillas y escarabajos para alimentarnos.
El académico reveló que desde la década del 60 hubo un aumento mundial del desarrollo agrícola y de zonas con cultivos dependientes de polinizadores, sin embargo, en la última década y, principalmente, en el hemisferio norte -escasea información del resto del orbe-, se registran disminuciones de grupos de polinizadores como parte de la crisis de reducción de biodiversidad que experimenta la Tierra.
“La principal causa de la reducción de la diversidad, tanto para ecosistemas terrestres, de aguas continentales y sistemas marinos es la pérdida del hábitat, es decir el cambio de uso de suelo en la tierra o en el mar. El cambiar una zona natural por un sitio productivo o urbano. Y las principales formas de expansión son los sistemas silvoagropecuarios, que están asociados a nuestro consumo y la alimentación de los animales”, precisó.
A lo anterior se suma el cambio climático, la contaminación ambiental y la introducción de especies exóticas invasoras, que también están produciendo modificaciones en las comunidades de plantas y animales nativos.