Profundo y transversal pesar ha causado la muerte de Mariano Puga Concha, conocido popularmente como «cura obrero». El sacerdote diocesano chileno dejó de existir esta madrugada como consecuencia de un cáncer linfático.
El dolor por su muerte es producto de una vida dedicada a servir a los demás. Dentro de las múltiples obras y acciones realizadas por el expárroco de La Legua está ser el creador de la Parroquia Universitaria y haber sido defensor de los derechos humanos durante la dictadura militar en Chile.
De familia aristocrática a barrios vulnerables
Puga nació el 25 de abril de 1931 en el barrio Concha y Toro, en pleno centro de Santiago, donde se crió junto a seis hermanos en el seno de una familia tradicional, republicana y aristocrática, entre cuyos ancestros figuran don Mateo de Toro Zambrano. Su padre, Mariano Puga Vega, fue un ilustre parlamentario y embajador en Estados Unidos. Su madre, Elena Concha Subercaseaux, era hija de Melchor Concha y Toro, por lo que estaba emparentada directamente con los dueños de Viña Concha y Toro.
Puga realizó sus estudios primarios y parte de los secundarios en Londres, donde se estableció temporalmente su familia. Al regresar a Chile asistió al Colegio Grange y continuó en la Escuela Militar, para finalmente cursar estudios superiores en la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde abandonó la carrera de Arquitectura para seguir su vocación sacerdotal, que surgió cuando un trabajo relacionado con vivienda social lo condujo junto a algunos compañeros al campamento de San Manuel, en la comuna de San Joaquín, donde entró en contacto con la extrema pobreza.
Después de un voluntariado permanente ayudando a los más pobres, decidió abandonar sus estudios universitarios para ingresar al Seminario Pontificio. Fue ordenado sacerdote en 1959 y enviado a París ese mismo año, para estudiar Liturgia. Desde ahí siguió estudios en Italia y Bélgica, obteniendo el grado de Doctor en Teología Moral, lo que le permitiría impartir cátedra teológica en la Universidad Católica de Chile.
Puga también fue director espiritual del Seminario Pontificio Mayor de Santiago, en la década de los 60, cuando el seminario estaba en Apoquindo 7218, Las Condes, donde actualmente hay una sede de INACAP, y formador del mismo instituto formador de sacerdotes hasta 1972.
El «cura obrero» fue uno de los gestores de dejar ese edificio para crear un nuevo estilo de seminario, en el cual los futuros sacerdotes vivían en parroquias o casas en sectores populares, en contacto más directo con las bases del catolicismo, y desde allí viajaban a realizar sus estudios. Esta experiencia duró diez años.
En la década del setenta llegó como nuevo sacerdote a Villa Francia, en la comuna de Estación Central en Santiago, y trabajó como pioneta de la fábrica de casas Corvi. La cesantía lo llevó a ofrecer servicios como pintor de obra gruesa para capillas, colegios y ferreterías de la capital.
Titulado como Doctor en Teología Moral, ejerció también la labor docente en la Pontificia Universidad Católica hasta que en 1972 se enroló en el movimiento Cristianos por el Socialismo, cuyo objetivo era la disminución de la desigualdad social y la injusticia económica, inspirado en la teología de la liberación. Fue también parte del conjunto de religiosos conocido como Grupo de los 80, que adhirieron públicamente a la construcción del socialismo presentados por el entonces presidente Salvador Allende.
Luego del Golpe de Estado, en junio de 1974, fue capturado y conducido a Villa Grimaldi y a Tres Álamos, episodios que él mismo sindicaría como las peores detenciones que sufrió durante su lucha contra la dictadura de Augusto Pinochet.
En la década del 80, tras un breve autoexilio a Perú, retornó a Chile para integrarse a la Bolsa de Cesantes, con la que la Vicaría de la Solidaridad buscó aliviar la crisis laboral y económica que hubo en la época.
En 1987 participó en la visita a Chile del Papa Juan Pablo II.
Por 12 años (1980-1992) ejerció el ministerio sacerdotal en Pudahuel y luego en la población La Legua, donde permaneció hasta 2002.
Desde la década de los 90, el padre Mariano Puga se hizo misionero en la Región de Los Lagos, específicamente en la localidad de Colo, isla de Chiloé, donde continuó su labor pastoral. Posteriormente vuelve a establecerse en Villa Francia.
Además, el padre Mariano fue uno de los fundadores y miembro de la Fraternidad Sacerdotal Iesus Charitas, inspirada en el carisma del beato Carlos de Foucauld, de la cual fue su responsable internacional entre 2000 y 2006.
Durante el ejercicio de su ministerio, Mariano Puga predicó numerosos retiros espirituales en diversas partes, tanto a sacerdotes, religiosas y laicos, además de dar clase de Liturgia.
En 2009 fue condecorado con el premio «Héroe de la Paz», que anualmente otorga la Universidad Alberto Hurtado. La ceremonia, efectuada en dependencias del Congreso Nacional, fue encabezada por la entonces presidenta de Chile, Michelle Bachelet.
En 2019 abandonó Villa Francia y viaja al Encuentro Mundial por la Fraternidad, celebrado en Filipinas. De regreso en Chile, comienza en abril del mismo año el tratamiento contra el cáncer linfático.
(Fuente: Arzobispado de Santiago).