El jefe de la carrera de Psicología en la Universidad Santo Tomás, sede Viña del Mar (jornada vespertina), Alfredo Sherrington, está participando en el desarrollo del “Programa de control cognitivo-emocional para la gestión de crisis”, que el Instituto Científico Neurointegral de Colombia ejecuta como plan piloto con la Policía Nacional de Perú (PNP). El objetivo de este proyecto de neuroentrenamiento es mejorar la respuesta de los uniformados ante las situaciones de tensión que deben enfrentar en el ejercicio de su labor. El plan ha sido evaluado positivamente en el país incaico y sus responsables ya piensan replicarlo en otros países, incluyendo a Chile.
“La Policía Nacional de Perú tomó la decisión de prevenir y corregir algunos comportamientos y para eso se contactaron con la Fundación Instituto Científico Neurointegral. Luego se inició un trabajo internacional diseñando un método de intervención que permitiera que, en momentos críticos, los policías tomaran decisiones correctas y no se vieran sobrepasados por el contexto o las emociones. Lo que se busca es prevenir que se produzcan daños a civiles y al mismo tiempo mejorar la calidad de vida de los policías”, explica el académico. De esta forma, se pretende entrenar decisiones de alto potencial de riesgo, permitiendo aumentar la probabilidad de autocontrol individual y grupal.
El doctor Julio César Ramírez, director de la Fundación, se trasladó a Perú, donde trabajó con un grupo de aproximadamente 60 policías en neuroentrenamiento y en la aplicación presencial de pruebas. “Él es creador del modelo de trabajo neurointegral, el cual se complementó con la neuroseguridad desarrollada por mí, para la evaluación, intervención y análisis de datos en las organizaciones. Diseñamos el programa en conjunto”, añade el profesional de UST Viña del Mar.
En Perú, se sometió a los policías a diferentes situaciones de presión, con el fin de “generar estados neuropsicológicos donde la toma de decisiones se puede ver afectada por componentes cognitivos, físicos o emocionales. Los estudios muestran que la rabia, el temor, la fatiga mental, son componentes que se asocian al descontrol en una situación de crisis. En nuestro entrenamiento trabajamos con algunas situaciones que son del tipo cognitiva, como es responder un test de alta demanda de atención y concentración. Desde lo emocional también se trabaja con visualizaciones de eventos no deseados en el trabajo policial, como la muerte, la sanción social, el impacto familiar. Y desde lo motor, en conjunto con técnicas basadas en el control del movimiento, se practica el control motor a través de ejercicios de ataque físico”.
Sherrington explica que el objetivo de este entrenamiento neurointegral es lograr que comportamiento deseado provoque también “un mayor bienestar para el participante (el policía, en este caso), y que él tenga conciencia de su comportamiento individual y grupal en todo momento. El docente de Universidad Santo Tomás destaca la “valentía y liderazgo” de la Policía Nacional de Perú al reconocer problemas en su respuesta en eventos críticos, “que pueden ser problemas puntuales, pero de alto nivel de impacto. Cuando han ocurrido eventos críticos entre la Policía y la comunidad civil, se podría pensar que las instituciones no quieren recibir ayuda y que se produce un aislamiento organizacional, pero la realidad ha sido muy diferente. La disposición a participar en este proyecto ha sido fundamental”.
Debido a los buenos resultados obtenidos por este plan piloto en Perú, se espera proponer un programa definitivo en otros países, incluyendo obviamente a Chile: “hemos iniciado la presentación del programa para Carabineros de Chile y esperamos incorporar ahí el trabajo familiar, ya que según los resultados del trabajo con la PNP se concluye que la familia cumple un rol fundamental en la salud psicoemocional de los policías. Trabajar la salud como una dinámica social-grupal y no sólo orgánica-individual, es un gran desafío en nuestro programa”.