Por Silvio Becerra Fuica
Profesor de Filosofía
Al efectuar una revisión general del estado de avance y desarrollo de los diferentes países del orbe, es posible apreciar, que, en muchos de éstos no existe crecimiento económico ni desarrollo sustentable, (países del tercer mundo), en otros, se da el crecimiento económico, pero ajeno a una política de desarrollo integral y sustentable (países en desarrollo como Chile), y un tercer grupo, con gran crecimiento económico, que hace gala de un pretendido desarrollo sustentable (países desarrollados).
Según esto, el desarrollo sustentable, como meta para alcanzar una calidad de vida digna para el ser humano en general, no pasa de ser, más que una aspiración o una meta inalcanzable para algunos países, los que se encuentran subsumidos, en la pobreza e inmediatez del diario vivir, sin tener la más remota posibilidad de que esto pueda cambiar.
Frente a esta realidad, es cuando los países que tienen los más altos niveles de vida, tienen la oportunidad de ser solidarios, con aquellos países más desposeídos; siendo el desarrollo sustentable, la meta necesaria, que debería permitir la protección de la especie humana, concepto que necesariamente, tiene una connotación global.
Por otra parte, el crecimiento económico y desarrollo de las grandes naciones, dista bastante de ser sustentable, considerando que sus políticas de desarrollo, se vierten exclusivamente al interior de sus cuatro paredes, impidiendo que sus beneficios se extiendan a los países más desposeído, que son los que le proveen de materia primas, para sus procesos industriales y que, por ende, posibilitan su desarrollo económico.
Crecimiento y desarrollo para los países más pobres, son y serán una utopía, hasta el momento, en que los países desarrollados, decidan asumir la voluntad y responsabilidad de integrarlos al desarrollo.
Producto de la inequidad social y falta de acceso a mejores oportunidades, los sectores más pobres, son y serán siempre, los más afectados, frente a emergencias de tipo ambiental.
Muchos países han alcanzado desarrollo y crecimiento económico, pero no han logrado la superación de la pobreza, lo que en términos reales no lleva a niveles de sustentabilidad en lo social. Lo anterior indica, que, aunque un país sea catalogado como desarrollado, no significa en modo alguno, que su desarrollo sea sustentable.
En este contexto, el espectro mundial nos muestra, una clara compartimentación, respecto del crecimiento y desarrollo de los países, que permite, la existencia de países del tercer mundo; en vías de desarrollo y desarrollados; categorización que se ha mantenido por muchas décadas y que lamentablemente de acuerdo a las crisis de carácter global que estamos viviendo, se mantendrá por muchas décadas más, si es que no se entiende que la tierra es una unidad planetaria, que no hace distingos, entre los residentes que la ocupan. Con esto se quiere decir, que, en momentos de catástrofes de gran magnitud, los efectos de éstas, se desparramarán democráticamente en gran parte del globo, yendo mucho más allá del país que pudiese haber generado el problema, como, por ejemplo, la tragedia de Chernovil, o también, a causa del llamado cambio climático, tan en boga en estos días, situaciones todas, en las que el hombre, ha sido el causante principal de tan funestas consecuencias, que en algunos casos se han tornado irreversibles.
Tal como se ven las cosas en el mundo actual, el desarrollo sustentable, es un concepto que se ha manejado demasiado teóricamente (con implicancias políticas), sin repercusiones en la práctica, que es la verdadera instancia, en que es posible constatar, si la humanidad está en el camino del verdadero desarrollo sustentable.
Todo desarrollo, implica un crecimiento económico, y todo crecimiento económico implica un desarrollo en la sociedad, el que, para ser sustentable, debe ser eminentemente equitativo, teniendo como base una sustentabilidad ambiental. Esta fórmula, es la única garantía que permite tomar el rumbo hacia el verdadero desarrollo el que debiese permitir, en forma igualitaria, el acceso a una mejor calidad de vida.
Por otro lado, el desarrollo sustentable, es un proceso integral y dinámico, que está expuesto permanentemente a cambios y que tiene como integrantes fundamentales, elementos ambientales, naturales y sociales, como también económicos, los que, al funcionar en forma integrada, como parte de un todo, constituyen las condiciones necesarias, para este desarrollo.
Este proceso de desarrollo sustentable, exige a los distintos actores de la sociedad, compromisos y responsabilidades en la aplicación del modelo económico, político, ambiental y social (variables del proceso, que deben interactuar en forma coordinada e integrada), así como en los patrones de consumo que determinan, la calidad de vida.
Es importante el entendimiento, de que la aplicación del concepto de desarrollo sustentable, pasa por un asunto de orden cultural, más que solo ambiental.
Finalmente, la experiencia ha permitido constatar, que como país hemos avanzado sistemáticamente en lo tecnológico, pero nos hemos quedado atrás en lo cultural, con lo que se quiere decir, que muchas veces, la solución a los problemas sociales y ambientales, no es sólo técnica, sino que también cultural.