A un siglo del descubrimiento de la insulina, una de las mayores preocupaciones en torno a los pacientes diabéticos es su acceso a la atención, tema en el que este año se centrará la conmemoración del Día Mundial de la Diabetes, con el objetivo de generar conciencia en la ciudadanía sobre las alarmantes cifras de esa enfermedad y las complicaciones que puede haber si no hay un diagnóstico y tratamiento oportuno.
Pamela Jara, académica de la carrera de Enfermería de UDLA Sede Viña del Mar, comenta que la diabetes es una enfermedad crónica que se produce cuando el nivel de glucosa (azúcar) en la sangre es muy alto, existiendo tres tipos principales: la Diabetes Tipo 1, frecuente en niños y adolescentes; la Diabetes Tipo 2, presente más en adultos y relacionada con estilos de vida no saludables como la mala alimentación, el sedentarismo, la obesidad o sobrepeso; y la Diabetes Gestacional, que es una complicación del embarazo.
“En Chile la prevalencia de diabetes es crítica. En promedio, 1 de cada 10 chilenos tiene esta enfermedad y muchos de esos casos son prevenibles. Cuando ya está presente, es importante saber que se puede tratar, controlar y evitar sus complicaciones. El mayor acceso al diagnóstico, a la educación sobre el control personal de la enfermedad y el tratamiento asequible son componentes fundamentales de la respuesta para este cuadro”, dice la profesional, detallando que el diagnóstico y tratamiento de la Diabetes está cubierto a través de las Garantías Explícitas de Salud (GES), tanto para los beneficiarios del sistema público como de isapres.
La académica sostiene que mantener un control adecuado del nivel de glucosa en la sangre es importante en pacientes diagnosticados para prevenir o retrasar las complicaciones crónicas de la diabetes, como la ceguera, neuropatía, insuficiencia renal, insuficiencia vascular periférica o problemas en la circulación que pueden llevar a la amputación de miembros inferiores, entre otras, siendo fundamental seguir al pie de la letra las indicaciones médicas para el tratamiento y evitar errores frecuentes que cometen las personas que impiden un buen pronóstico de la enfermedad, como los siguientes:
Desconocimiento de la patología
La falta de información sobre la enfermedad da pie a que el paciente mantenga actitudes y actividades poco saludables como, por ejemplo, consumo de tabaco, sobrepeso u obesidad, sedentarismo. Es importante una buena y permanente comunicación con su médico o equipo de salud tratante para resolver dudas y evitar mitos en torno a la enfermedad.
Poca adherencia al tratamiento
Falta de rigurosidad y periodicidad en los controles de salud y en el tratamiento farmacológico, lo que puede provocar frecuentes descompensaciones e inestabilidad en regular los niveles de glucosa en la sangre.
Alimentación poco saludable
Aumento de consumo de carbohidratos, comida con altos porcentajes de contenido graso que se acumulan principalmente en las arterias, incrementando la probabilidad de otras patologías cardiovasculares como hipertensión arterial y dislipidemia.
Sobrepeso y obesidad
Aumenta los niveles de glicemia en la sangre favoreciendo las complicaciones a nivel micro y macrovascular, por lo que es muy importante llevar una alimentación saludable.
Sedentarismo
La poca actividad física aumenta los niveles de glucosa y grasa en los vasos capilares, favoreciendo patologías a nivel vascular periférica. Al igual que la alimentación saludable, la actividad física es primordial.