Durante la tarde del jueves 6 de abril la periodista Paulina de Allende-Salazar fue desvinculada de Mega tras decirle «paco» al Carabinero asesinado Daniel Palma en pleno despacho.
Aunque De Allende-Salazar rectificó raudamente sus palabras, sus efectos fueron devastadores: fue “vetada” por Carabineros de la conferencia de prensa que se daría en el marco del responso al uniformado asesinado; y Mega recibió una “ola” de críticas y denuncias ante el Consejo Nacional de Televisión (CNTV).
Pese a que la sensación que quedó en la opinión pública es que la señal dependiente del Grupo Bethia despidió a la profesional por una eventual falta de respeto a la institución, fuentes al interior de la emisora televisiva indicaron a El Filtrador que las razones para desafectar a la comunicadora responderían a una desobediencia por parte de Paulina de Allende-Salazar.
¿Se pudo haber evitado de alguna forma toda esta controversia? Según fuentes entendidas del caso, la respuesta es sí. En tal sentido, se precisó en exclusiva a este Portal que en el intervalo de tiempo en que Paulina de Allende-Salazar se dirigía a la comisaría y el inicio del punto de prensa a cargo de Chaván, a la periodista se le ordenó regresar a las dependencias de Mega a fin de evitar la airada reacción del oficial de Carabineros, no obstante, la profesional hizo caso omiso a esta orden.
“Si el general no la ve, no pasa nada”, señala una fuente conocedora de la situación, destacando que lo que motivó el despido de Paulina de Allende-Salazar fue “la suma de las cosas”.
En efecto, otro hecho que la señal privada no vio con buenos ojos fue que de Allende-Salazar cediera a las solicitudes de los demás periodistas, quienes tras el incidente con Chaván, se abalanzaron a pedirle cuñas.
Fuente: El Filtrador.