Ha iniciado la COP 28 o Conferencias de las Partes -por sus siglas en inglés-, en Dubai. Este encuentro es un momento crucial para la comunidad global que espera se puedan tomar acciones que desaceleren el calentamiento global, que hasta ahora sigue causando estragos en nuestro planeta.
Este año la COP tiene 4 aspectos específicos donde se enfocarán los esfuerzos, una transición energética limpia y así reducir emisiones de GEI antes del 2030, con el fin de limitar el aumento de la temperatura global a 1.5 °C; poner a las personas, naturaleza y los medios de vida en el centro de la acción climática; establecer un nuevo acuerdo respecto del financiamiento climático; y generar un espacio inclusivo, en decisiones, discusiones y soluciones.
Durante esta COP se abordará el balance mundial o global stocktake, que significa una evaluación del progreso que han tenido los países en conjunto, en el cumplimiento o no, del Acuerdo de París del 2015. Esta información servirá para la próxima ronda de contribuciones nacionales determinadas (NDC) a presentarse el 2025, y a la vez como catalizador para los responsables políticos que tendrán la compleja tarea de acelerar la ambición climática, frente a un escenario preocupante, en el cual no se está limitando el calentamiento global a 1.5°C. Es más, para mantener el calentamiento global como exige el Acuerdo de París, las emisiones deben reducirse en un 45% para 2030 y llegar a cero emisiones netas para 2050.
Con respecto a nuestro país, aun cuando no aporta más del 0,3% de las emisiones de GEI globales, Chile ha asumido compromisos relevantes en torno a la acción climática, tanto en lograr carbono neutralidad al 2050, como en reducir sus emisiones de metano con diversas acciones como por ejemplo el proyecto de ley para la gestión de residuos orgánicos. Recordemos que el metano es el segundo GEI que más contribuye al calentamiento global después del CO2.
Romina Reyes Torres, directora de Sostenibilidad U. Andrés Bello-