Ad portas del plebiscito que definirá el rumbo constitucional de nuestro país, vale la pena observar un fenómeno que puede jugar un rol clave en los resultados del próximo domingo: el espiral del silencio. Este fenómeno, teorizado en los años 70 por la académica alemana Elisabeth Noelle-Neumann, señala básicamente que las personas tendemos a silenciar nuestras opiniones políticas cuando percibimos que estas difieren de las mayoritarias dentro de la opinión pública con el objetivo de no ser excluidos ni aislados socialmente, a su vez, la misma teoría señala que tendemos a expresarnos más abiertamente cuando nuestras preferencias parecen ser las mayoritarias.
Las últimas encuestas sobre el plebiscito constitucional que se dieron a conocer dentro del plazo legal establecido mostraban una contundente mayoría para la opción “en contra” pero al mismo tiempo daban cuenta de un mucho mayor porcentaje de indecisos respecto de ambas opciones, lo cual podría ser una manifestación del “espiral del silencio” o, en el peor de los casos, la constatación de una indiferencia preocupante respecto a un proceso trascendental para nuestro futuro.
Ya sea silencio o indiferencia, es fundamental no perder de vista que ambos fenómenos no solo generan dificultades pare predecir los resultados del próximo domingo, sino que, son signos de una débil calidad del debate democrático en nuestro país. La tolerancia y la diversidad de opiniones son fundamentales para la construcción de una sociedad madura, y deben ser promovidas por los medios de comunicación, líderes políticos, universidades y todos aquellos actores institucionales y sociales que tengan como norte el bienestar de Chile. Es de esperar que el próximo domingo, sea cual sea el resultado, este sea el reflejo de una voz contundente y comprometida con el futuro en lugar de un silencio indiferente.