El Centro de Extensión en Agroecología y Economía Circular «Granja La Pachamama», ubicada en Los Molles, región de Valparaíso, es un espacio de innovación y aprendizaje para el desarrollo de un sistema productivo basado en prácticas sustentables en una zona de extrema restricción hídrica.
Lo que nació como una iniciativa para minimizar los costos de la vida familiar, con un foco en el autoconsumo, se convirtió en un modelo y ejemplo nacional de economía circular. Granja La Pachamama, fundada por Macarena Valdés y Marco Aceituno en la localidad de Los Molles, celebró su apertura oficial como un Centro de Extensión en Agroecología Circular en la región de Valparaíso.
El proyecto, que comenzó en noviembre de 2021, es un espacio que no solo mejorará las prácticas agroecología y economía circular en un entorno agrícola real sino que es un espacio de innovación y aprendizaje donde se fomenta la resiliencia y sostenibilidad a largo plazo con el establecimiento demostrativo de un sistema productivo sustentable, replicable y adoptable por la agricultura familiar en una zona caracterizada por una extrema restricción hídrica.
Macarena Valdés y Marco Aceituno son los fundadores que trabajan codo a codo en esta producción sustentable, estableciendo cada día mejoras en los manejos incorporando tecnologías que se complementan con su modelo de economía circular. Su esfuerzo, entusiasmo y creatividad se conjuga con el apoyo de instituciones como Indap, INIA, FIA, IICA, Sercotec, Fosis además de los privados.
El enfoque del Centro de Extensión se materializó a través de un programa de extensión especialmente diseñado para la Granja La Pachamama, y abarcó desde la implementación de técnicas agroecológicas pasando por el establecimiento de cultivos forrajeros (manejo y utilización), tecnologías de elaboración de bioinsumos, uso apropiado de fertilización orgánica en los cultivos de la Granja, incorporación de cubiertas vegetales en frutales, el establecimiento demostrativo de un sistema de arbustos forrajeros y praderas, la implementación de cosechas de agua, reciclajes de aguas domésticas y la mejora de la retención de humedad en el suelo a través de la instalación de un sistema de riego subterráneo, para abastecer las especies establecidas de baja demanda hídrica.
El establecimiento de cultivos se alineó con la realidad de la zona de escasez de agua siendo múltiples las semillas de forrajeras establecidas: tréboles, ballicas, medicagos (hualputras), falaris, además de hortalizas y cereales tales como triticale, avena y leguminosas tales como chícharos, lentejas y otros, junto al establecimiento de arbustos forrajeros tales como el Tagasaste. “La diversificación de estos cultivos y la elección de especies adaptadas a condiciones específicas fueron pasos significativos hacia la sostenibilidad y la gestión eficiente de los recursos”, aseguró la directora del proyecto, Viviana Barahona.
El modelo de sostenibilidad para el Centro implicó la selección de especies de cultivo que requieren menos agua para su crecimiento como una estrategia inteligente en condiciones climáticas restringidas. “El foco ha sido mejorar el suelo, su fertilidad natural y, sobretodo, su capacidad de retener agua. Por lo que el trabajo con la familia y el equipo de INIA ha sido desarrollar alternativas de uso del Forraje Verde como cubiertas vegetales (cover crops), como cubierta de material reciclado, como cortina cortavientos, mulch orgánico y otros” explicó Viviana Barahona.
Es destacable el avance en la producción de compost, ácidos húmicos, bokashi, vermicompost y diversos Bioinsumos fabricados por los asociados al proyecto, los que fueron incorporados en sus cultivos con buenos resultados, siendo un componente importante en las capacitaciones y talleres dirigidos a agricultores, apoyados por especialistas de INIA.
La puesta en marcha del sistema de riego por parte del equipo técnico se dividió en dos partes: un sistema que riega el forraje hidropónico y uno que recoge el agua de la planta de tratamiento de aguas y la distribuye hacia el sector donde están establecidos los Tagasastes.
La implementación de un sistema de riego desde la planta de tratamiento, con un estanque de seis mil litros, es un logro significativo que aseguró un suministro constante de agua. “El hecho de utilizar agua tratada y reciclada para el riego no sólo es económicamente eficiente, sino que también demostró un enfoque integral hacia la sostenibilidad y la eficiencia en el uso de los recursos hídricos”, explica la directora del proyecto.
Para el aprovechamiento del agua de la planta de tratamiento se diseñó un sistema de riego hacia el sector de arbustos forrajeros (superficie de 1080 m2), donde se realizó un establecimiento demostrativo de un sistema de Tagasastes (arbustos traídos desde Cauquenes) y praderas con riego subterráneo para regar especies de baja demanda hídrica con un sistema de alta eficiencia. Para tal efecto se consideró una bomba solar con controlador programable y sensor de parada, la que impulsa el agua del estanque desde la planta de tratamiento hasta el sector de arbustos forrajeros.
La introducción de las tecnologías de cosecha de aguas desde los techos a través de canaletas y contenedores ubicados en diversos puntos del predio, marcaron un avance importante en la capacidad de La Granja para administrar y optimizar el riego de los cultivos. Se implementó un contenedor Cisterna flexible para la recolección y almacenamiento de aguas lluvias conducidas desde los techos en las distintas construcciones de la propiedad. Se trata de una infraestructura que ofrece la capacidad de acumular hasta 50 mil litros de agua en un buen año, proporcionando un valioso recurso para el riego de cultivos y la provisión de agua para el ganado.
La incorporación de maquinaria, equipamiento e implementos tecnológicos entregó numerosos beneficios con un impacto positivo en la productividad de la granja, desde la simplificación de las tareas agrícolas hasta el aumento de la eficiencia en las operaciones diarias, facilitando labores que antiguamente se hacían en forma manual como la siembra de cereales, controles de malezas, preparación de suelos y elaboración de bioinsumos.
Entre los implementos que han ayudado a mejorar el proceso productivo destacan una desbrozadora, un tractor con pala, un motocultor, una sembradora planet, balanzas y otros, además de proveerse de plantas de hortalizas, aromáticas y medicinales, árboles nativos y forrajeros, los que con los materiales necesarios (bolsas de diferentes tamaños, speedlings, regaderas, estructuras de apoyo, estanques, pulverizadores, etcétera), logrando los asociados viverizar su propio material vegetal.
El Centro de Extensión no sólo beneficia a los agricultores y emprendedores, sino que también contribuirá al desarrollo sostenible de las comunidades locales a través de programas educativos, talleres prácticos y eventos de divulgación. ”Esperamos que el conocimiento y la conciencia sobre las prácticas agroecológicas y la economía circular se difundan de manera efectiva”, dijo la especialista, Viviana Barahona.
Macarena Valdés agradeció a las instituciones que han apoyado este proyecto. Al respecto dijo. “Nuestros hijos son el motor, ellos son la fuerza que nos mueve diariamente. Nuestro foco ha sido siempre cómo alimentar a nuestros hijos, reutilizando materiales y realizando economía circular”.
Próximos Pasos
Con la infraestructura ya en marcha, el Centro de Extensión está preparado para iniciar sus capacitaciones en la modalidad de talleres, charlas, días de campo, por lo que se invita a todos los interesados, desde agricultores hasta académicos y entusiastas de la sustentabilidad a conocer esta iniciativa.
Sus fundadores son los encargados ahora de gestionar la visita de actividades grupales dirigidas a organizaciones de municipios, equipos Prodesales, estudiantes y comunidad.
Durante 3 años han sido diversas las agrupaciones provenientes de distintos lugares de Chile, que crecientemente visitaron “Granja La Pachamama” https://granjapachamama.cl/. Con curiosidad y admiración, agricultores, equipos técnicos, estudiantes, autoridades y pobladores expresan su asombro ante la capacidad de esta familia de transformar con trabajo, ingenio y esfuerzo un ambiente hostil en su hogar, entregando a los visitantes un mensaje de replicabilidad de la experiencia.
Este Centro cuenta con el apoyo del material divulgativo disponible en la biblioteca del INIA: Fichas Técnicas, Informativos, libros y boletines, para los manejos que se desarrollan en Granja Pachamama y como material de consulta constante. Asimismo se creó un sitio web que les permitirá tener presencia digital y compartir información, videos y otros recursos para ofrecer soporte a los usuarios. Lo mismo la confección de poster educativos, videos y la cuenta Instagram de la Granja La Pachamama.
Este modelo de sostenibilidad con el cual se trabajó a lo largo de dos años fue posible gracias al apoyo del FIA, en un proyecto titulado “Centro de Extensión en Agroecología y Economía Circular La Pachamama: Un modelo sostenible de agricultura familiar para zonas áridas y semiáridas”.
Este centro se presenta como un faro de esperanza, y un recurso valioso para quienes están comprometidos con la construcción de un futuro agrícola más sustentable.